La Corona secuestrada por Sánchez

Lo que está pasando con la Corona en España es gravísimo. El rey Felipe VI quiso acudir a zonas arrasadas por incendios, pero no lo hizo. ¿El motivo? Muy sencillo: no le dejan.

Lo expliqué en el programa: es el Gobierno, en concreto el ministro de la Presidencia Félix Bolaños, quien decide dónde puede ir el Rey y dónde no. Zarzuela propone y Moncloa dispone. Así de claro. Si el Rey quiere visitar a damnificados en Galicia, pero el Gobierno prefiere que primero aparezca Sánchez para la foto, Felipe no va. Punto.

Estamos hablando de un jefe del Estado secuestrado políticamente. Una monarquía reducida a ornamento, sin capacidad de acción independiente. Y lo más triste es que Felipe VI podría rebelarse, dar un golpe en la mesa y presentarse sin permiso… pero no lo hace. Y esa pasividad pone en riesgo la propia institución.

Lo contaba en el programa Sofía de Borbón, prima del Rey: Juan Carlos I no puede volver, Felipe VI no puede actuar. La Corona está en manos de Sánchez y su círculo. Y si esto no cambia, no hablamos de una monarquía parlamentaria, sino de un teatro controlado por el Ejecutivo.

Lo dije sin rodeos: la monarquía está secuestrada. Y no es una metáfora. El poder del presidente ha invadido todos los espacios: medios de comunicación, justicia, instituciones y ahora la Corona. ¿Qué nos queda a los ciudadanos si ni el propio Rey es libre de ejercer su función?

La respuesta es tan dura como evidente: lo que queda es un país rehén de un poder absoluto.