Los mensajes de los confidenciales: la voz del pueblo que no sale en la tele

Hoy quiero hablarles de ellos, de los confidenciales, de esas voces que llegan cada día a este programa desde todos los rincones de España y de fuera, sin filtros, sin guion, sin subvenciones.
Los que me escriben o me envían audios, los que no salen en televisión pero mantienen viva la verdad.

Son ustedes los que sostienen este espacio, quienes aportan datos, denuncias y reflexiones que los grandes medios callan.
Y en estos tiempos de manipulación y censura, eso vale oro.

He leído algunos mensajes que resumen el espíritu de este país que aún resiste.
Uno de ellos, de un oyente llamado JM Hernández, decía:

“Mucha gente confunde no querer saber nada de política con estar informada.
Cambiamos a Sócrates y Platón por Rajoy y Zapatero. De aquellos polvos, estos lodos.”

Otro mensaje, de Pedro y Rosa, me impactó por su lucidez:

“España cambió filosofía por educación para la ciudadanía, ética por valores, y así nos han robado el pensamiento crítico.”

Y un oyente de Canarias, Víctor Viciedo, añadía:

“El problema no es que no haya manifestaciones, es que nadie convoca. Todos esperamos a que otro lo haga.”

Tienen razón. Nos hemos acostumbrado a mirar desde casa, a indignarnos por Twitter, mientras los mismos de siempre toman las calles, los fondos europeos y el poder.

Hay un mensaje que quiero destacar especialmente, porque retrata lo que sentimos muchos:

“Yo no tengo poder de convocatoria. Soy un ciudadano de a pie, de los 40 millones que somos. Pero si alguien me convoca, voy.”

Esa frase lo resume todo.
España está llena de gente dispuesta a luchar… pero falta quien lidere la marcha.

Y por eso este espacio existe.
Porque cuando el Parlamento es un decorado y los informativos un teatro, el micrófono abierto se convierte en el último refugio de la libertad.

Aquí no hay patrocinadores políticos ni sobres.
Aquí están los que no se rinden.
Los confidenciales.

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