11J: el día en que la justicia dice basta

Algo está cambiando. Y esta vez no viene desde la política ni desde los medios. Viene desde los jueces. El próximo 11 de junio a las 12:00 del mediodía, se convoca un paro simbólico de 10 minutos en todos los juzgados de España. Una protesta inédita promovida por la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) y respaldada por numerosas voces que claman por una justicia libre de presiones.

El programa de hoy ha sido claro: este no es un paro ideológico. No es un gesto partidista. Es una llamada de socorro institucional. Castillón lo dice sin rodeos: “Es nuestra oportunidad de apoyar a los que de verdad están dando la cara frente al poder político que quiere controlar los tribunales”.

Y no es solo parar. Se ha hecho un llamamiento a toda la ciudadanía para que actúe:

• Salir a las puertas de los juzgados con pancartas.
• Hacer caceroladas.
• Bajar persianas durante esos 10 minutos.
• Mostrar mensajes de apoyo desde centros de trabajo, hogares y redes sociales.

Todo cuenta. Porque lo que está en juego es el pilar básico de cualquier democracia: la independencia judicial. Y lo que está ocurriendo es grave. Lo dicen magistrados, lo dicen fiscales, lo dicen periodistas perseguidos. El clima de intimidación y control que se respira no es una exageración: es una realidad que muchos ya no pueden seguir callando.

Este 11 de junio no se protesta por un sueldo, ni por condiciones laborales. Se protesta porque los jueces están hartos de ver cómo se intenta usar la fiscalía como brazo armado del Ejecutivo, cómo se presiona al Consejo General del Poder Judicial, cómo se manipula desde dentro lo que debería ser sagrado.

Y lo más significativo: la protesta no está siendo convocada por sindicatos ni partidos, sino por quienes tienen mucho que perder y poco que ganar enfrentándose al poder: los jueces. Lo hacen porque saben que si no hablan ahora, mañana puede ser demasiado tarde.

Por eso, desde aquí lo decimos con claridad: el 11J no será solo un gesto. Puede ser el principio de algo más grande. De una ciudadanía despierta que empieza a entender que sin justicia independiente no hay país que valga. Solo una farsa.