Expulsión de periodistas incómodos: ¿libertad de prensa o lista negra?

El Congreso de los Diputados vive una purga. Pero no de diputados corruptos ni de políticos ineptos. No. La limpieza va dirigida a periodistas incómodos. A los que preguntan. A los que no aceptan la versión oficial sin contrastarla. A los que, como Bertrán Endongo y Vito Quiles, han hecho de la verdad su oficio.
Sumar y el PSOE han propuesto cambiar el reglamento del Congreso para vetar a quienes no se alinean con sus intereses. Sí, lo han dicho con otras palabras: que si «agitadores», que si «ultraderechistas», que si «especies invasoras». Pero lo que quieren es eso: echarlos. Silenciarlos. Convertir la sala de prensa en un parque temático del masaje periodístico.
En palabras de Javier Ruiz en TVE: «¿Qué hace esta gentuza entre los periodistas?». El lenguaje de los comisarios políticos. Los mismos que aplauden cuando se premia a quienes un día señalaban a periodistas para que ETA los ejecutara.
La presidenta de la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP), Anabel Díez, junto a otros miembros ligados al País, la SER y RTVE, lideran este linchamiento institucional. ¿Dónde queda el periodismo? ¿Dónde queda la pluralidad?
Bertrán lo dijo claro: «Nos llaman agitadores porque no somos sus voceros». Y añadió algo inquietante: «Si nos expulsan del Congreso, les seguiremos en la calle. Donde estén, allí estará nuestro micrófono». Que no se les olvide. La prensa libre no pide permiso.