Hay mucho miedo y nadie se cree a los políticos

He querido dar voz a quienes vivieron en primera persona la tragedia de la DANA en Valencia, esa riada que se llevó la vida de más de 200 personas. Uno de ellos es Alejandro Alonso, vecino de Benetússer, que nos relató cómo la población se siente abandonada y actúa por su cuenta.

Alejandro nos envió imágenes de supermercados vacíos, coches subidos a puentes para evitar que el agua los arrastrara, y calles convertidas en improvisados refugios. La gente, dice, no confía en las autoridades. Prefieren seguir lo que ven en redes sociales y coordinarse entre vecinos, antes que esperar las instrucciones oficiales.

“Lo que domina es el miedo. Nadie se fía de los políticos y con razón. La gente se organiza sola porque cuando llega la catástrofe, las ayudas nunca aparecen o llegan demasiado tarde.”

Y tiene razón. El verdadero problema no fue solo el aviso tardío o exagerado, sino la falta de ayuda posterior. Un Estado incapaz de responder a las emergencias deja a los ciudadanos en manos de la improvisación y del miedo.

El abandono es evidente: ni inversiones en alcantarillado, ni infraestructuras de prevención, ni planes de emergencia eficaces. La población siente que está sola, y Alejandro lo resume mejor que nadie: “Hay mucho miedo y nadie se cree a los políticos.”

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