La voz de los confidenciales: el país real que no sale en televisión

Hay una España que no aparece en los telediarios.
Una España que no vive de subvenciones, que madruga, que paga impuestos, que aguanta el desprecio de una clase política desconectada del país real.
A esa España la llamamos aquí, en este programa, los confidenciales.

Cada semana recibo cientos de mensajes de gente que no se resigna.
Gente como Elisa, que me escribe desde el Reino Unido:

“Soy autónoma aquí. No pago cuota, ni impuestos si no supero los 15.000 € al año. En España, en cambio, es un robo a mano armada. No entiendo cómo no se sale a la calle por esto.”

Tiene razón. En España, el Gobierno aprieta siempre a los mismos: los que producen, los que crean empleo, los que no piden ayuda.
Otro mensaje llega de Fernando, fontanero:

“He sido autónomo, mi empresa se vino abajo y no tuve derecho a nada. Ni paro, ni ayudas. Pero seguí pagando la Seguridad Social.”

¿Y saben qué me dice Rubén, también autónomo?

“Quieren hacernos desaparecer. Que dependamos todos de una paguita.”

Es la radiografía exacta de este país: los que trabajan están abandonados, y los que manipulan las leyes viven del esfuerzo ajeno.
Pero estos mensajes son también una señal de esperanza.
Porque cuando la gente empieza a hablar, a escribir, a organizarse, algo está despertando.

Somos muchos más de los que creen.
Los que no aceptamos que roben nuestra libertad, nuestro trabajo y nuestra voz.
Los confidenciales no se callan.
Y mientras ustedes sigan ahí, yo seguiré aquí, contándolo.

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