La voz de los confidenciales: indignación, miedo y esperanza

Una de las secciones más valiosas de este programa son los mensajes de los confidenciales, esas personas anónimas que nos escriben o nos dejan su voz para contar lo que sienten. No son políticos, no son tertulianos, no son periodistas pagados: son ciudadanos libres que expresan lo que muchos piensan y pocos se atreven a decir en público.

En el último programa recibimos mensajes que reflejan preocupación, indignación y también hartazgo. Una oyente me decía:

“Estoy más que indignada, preocupadísima por lo que contó el espía del CNI. Me dio miedo. No puedo entender cómo los servicios secretos de Marruecos campan a sus anchas en España y nadie hace nada. Eso no sale en ningún medio, solo en el tuyo, Albert”.

Otros mensajes llegaron tras escuchar las confesiones de Elena Ramallo sobre cómo Irene Montero y Ana Redondo quisieron ficharla y ella dijo que no. Muchos coincidían en lo mismo: “Ojalá hubiera más personas libres como ella, que no se vendan ni se callen”.

También hubo palabras de apoyo a sacerdotes como Custodio Ballester, procesado por decir que el islamismo radical quiere destruir Occidente. Una oyente lo resumía con sencillez: “Lo que dijo es verdad. Y ahora lo quieren meter en la cárcel mientras otros celebran a los talibanes. Es un mundo al revés”.

Un espejo de la sociedad silenciada

Cada mensaje que recibimos es un termómetro del país. Los confidenciales son españoles que no tienen altavoz, pero que ven lo que ocurre y no se tragan la propaganda oficial. Ven cómo se manipula en televisión, cómo se miente sobre las pulseras que no funcionan, cómo se ocultan los pactos con Marruecos, cómo se destruye la libertad de expresión.

Por eso esta sección es tan importante: porque recuerda que no estamos solos. Hay miles, millones de ciudadanos que piensan igual, que sienten el mismo miedo, la misma rabia y las mismas ganas de que este país cambie.

Gracias por no callaros

Desde aquí os lo digo: gracias. Gracias por no callaros, por atreveros a mandar un audio o un mensaje cuando sabéis que os pueden señalar. Este espacio seguirá siendo vuestro. Porque la batalla cultural y política no se libra solo en los despachos, sino también en la conciencia de cada ciudadano.

Mientras la mayoría de los medios callan, aquí seguiremos dando voz a los que no tienen voz. Y creedme, cada mensaje que enviáis es un ladrillo más en el muro de resistencia.

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