Sánchez, Senegal y el efecto llamada que pagamos todos

Pedro Sánchez lo ha vuelto a hacer. Mientras disfruta de sus vacaciones, su Gobierno ha decidido financiar clases de español para menores en Senegal. Sí, han leído bien: en el Instituto Cervantes de Dakar, hijos de senegaleses con familiares ya en España recibirán cursos de idioma, manutención, desplazamientos… todo gratis, para que vengan.
¿El resultado? Un efecto llamada que no solo cuesta dinero, sino vidas. Entre enero y octubre de 2024, salieron de Senegal 502 pateras con destino a España. Solo llegaron 64. Muchas dieron la vuelta, pero otras se hundieron, y sus ocupantes desaparecieron. Las mafias de tráfico humano hacen caja, y la tragedia está servida.
Este no es un gesto humanitario aislado, es una política con consecuencias: más presión sobre nuestros servicios sociales, más inseguridad y más negocio para los que explotan la desesperación de otros.
Mientras tanto, aquí debatimos si se deben permitir actos religiosos en espacios públicos municipales —como en Jumilla— cuando ciertas confesiones no respetan nuestra Constitución. Y en el deporte, propuse algo que levantó ampollas: que la Selección Española boicotee el Mundial 2030 en Marruecos, por Ceuta, Melilla y el acoso constante de nuestro vecino del sur. Algunos me dijeron que pedir patriotismo a futbolistas millonarios y sin compromiso es soñar despierto.
Pero ahí está el fondo del asunto: políticos y élites que toman decisiones pensando en sus intereses y no en el de España, dejando a los ciudadanos asumir las consecuencias. Con Senegal, el precio lo pagaremos en forma de más llegadas irregulares, más muertes y más gasto público injustificado.
¿CREES QUE ESTE GOBIERNO DEBE RESPONDER ANTE LOS CIUDADANOS?
SÚMATE A LA MOCIÓN DE CENSURA
IMPORTANTE: Debes confirmar el correo que te enviará Change.org después de firmar. Si no lo haces, tu firma no cuenta.