Tarragona rendida al dictador: Mohamed VI homenajeado por un alcalde del PSOE

Rubén Viñuales, alcalde socialista de Tarragona, se subió a un escenario bajo una fotografía gigante de Mohamed VI para rendirle homenaje. Con micrófono en mano y sin rubor alguno, afirmó: “Tarragona es Marruecos y Marruecos es Tarragona”. No era una parodia. Era real.
El acto, organizado por el consulado marroquí, celebraba la Marcha Verde, invasión incluida del Sáhara Occidental. Un genocidio camuflado como unidad africana. Y allí estaba un alcalde español, bendiciendo al dictador, entre banderas marroquíes y consignas que reclamaban Ceuta y Melilla.
El evento no fue marginal. Acudieron representantes de la Guardia Civil, militares y autoridades locales. El mensaje fue claro: la sumisión es total. Marruecos ya no necesita presionar, porque encuentra rendidos a quienes deberían defender la soberanía nacional.
Taleb Salem lo resumió sin titubeos: “Convertir la soberanía de un Estado en un felpudo donde desfila la ideología expansionista marroquí es una vergüenza histórica”.
¿Dónde están los defensores de la memoria democrática cuando se rinde culto a un dictador en suelo español? ¿Qué tiene Marruecos que hace callar a tantos? La respuesta, una vez más, está en el dinero y en los secretos compartidos. Y la factura, como siempre, la pagamos todos.