El día de Colón, Trump y la verdad de nuestra historia

En Estados Unidos, Donald Trump ha decidido restaurar el Día de Colón, lo que aquí llamamos el Día de la Hispanidad. Una fecha que durante años fue borrada o sustituida por el “Día de los pueblos indígenas” como parte de un movimiento ideológico que derribaba estatuas, reescribía la historia y despreciaba uno de los hechos más trascendentales de la humanidad: el descubrimiento de América.

Mientras en Norteamérica se rehabilita la figura de Colón, en España seguimos atrapados en la leyenda negra y con gobiernos que se niegan a defender lo que fuimos. Ni homenajes, ni ofrendas, ni un reconocimiento institucional. Al contrario: ministros y presidentes que piden perdón en lugar de reivindicar nuestra historia.

He querido hablar de ello con un invitado muy especial: don Cristóbal Colón, vigésimo descendiente directo del descubridor. Marqués de Jamaica, duque de Veragua, almirante de las Indias… y marino, como su antepasado. Su opinión es contundente:

“Lo que vivimos es una manipulación de la historia sin precedentes. España llevó una civilización ejemplar al Nuevo Mundo. No tenemos nada de lo que pedir perdón.”

Colón denunció que la ofensiva contra su antepasado y contra España busca romper los vínculos históricos con Hispanoamérica. Recordó que los abusos anglosajones en Norteamérica sí se parecieron a un genocidio, mientras que la labor española fue incomparable en instituciones, cultura y religión.

También habló del enigma de los orígenes de Cristóbal Colón, de las múltiples teorías que existen, y de cómo ese misterio ha mantenido viva la fascinación por su figura. Pero lo importante, dijo, no es tanto dónde nació, sino lo que logró: el hecho histórico más importante desde la muerte de Jesucristo, en palabras de López de Gómara.

El propio Colón descendiente lo resumió:

“España entró en la historia por la puerta grande gracias al descubrimiento de América. Ese fue el inicio de la globalización y de siglos de crecimiento económico en todo el mundo.”

Yo lo digo claro: mientras derriban estatuas en Hispanoamérica y callan en España, Trump defiende nuestra historia mejor que muchos gobernantes españoles. Y eso debería avergonzarnos.