Palestina como cortina de humo: la propaganda peligrosa de Sánchez

Amigos confidenciales, lo que estamos viendo estos días con el conflicto palestino-israelí no es casualidad. El Gobierno utiliza Palestina como una cortina de humo para desviar la atención de lo que realmente importa: la financiación del PSOE con dinero del narco venezolano, los vuelos opacos del Falcon, las conexiones de Zapatero con Caracas.

Se ha desatado una estrategia calculada: llenar las calles con manifestaciones, banderas y discursos emocionales para encender a la sociedad española. No les importa Palestina. Les importa distraer y dividir aquí, en España. Y lo hacen con el mismo manual de siempre: la dinámica del miedo.

Lo vimos en la Vuelta Ciclista, donde grupos radicales acosaron a un equipo israelí. Lo vemos en la universidad, donde alumnos judíos recibieron mensajes con símbolos nazis en sus móviles. Y lo vemos en colegios, donde niños pequeños son adoctrinados con cánticos preparados: “No a la guerra, sí a la paz”. Todo con un sesgo muy claro.

Mientras tanto, el ministro Ángel Víctor Torres llega a decir que Pedro Sánchez merece el Premio Nobel de la Paz por su papel en este conflicto. Es para una película de Berlanga: un presidente que blanquea a dictaduras, señalado por vínculos con un narcoestado, y ahora presentado como salvador de la paz mundial.

Lo dije en el programa y lo repito aquí: a Sánchez Palestina no le importa lo más mínimo. Es pura propaganda. Una estrategia peligrosa que busca dividirnos, etiquetar como “fascistas” a quienes no piensan como la izquierda, y convertir un drama internacional en un instrumento de supervivencia política.

La izquierda española no defiende la paz. Defiende su poder. Y lo hace a costa de incendiar la calle y enfrentar a la sociedad.

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