Las declaraciones disparatadas de Petro y Maduro

A veces, escuchar a ciertos dirigentes es como entrar en un mundo paralelo. Gustavo Petro y Nicolás Maduro han vuelto a superarse con una serie de declaraciones que rozan lo inverosímil.

Petro, en un intento de justificar su política energética, afirmó que el cambio climático es culpa del capitalismo occidental, mientras en su país continúa explotando carbón y petróleo sin control. Es el discurso fácil: culpar a otros mientras se mantienen los mismos negocios de siempre.

Maduro, por su parte, no se quedó atrás. Dijo que Venezuela es un ejemplo mundial de democracia, al tiempo que encarcela a la oposición, silencia a los medios y manipula elecciones con un descaro que asombra incluso a sus propios aliados.

Estas frases no son simples deslices: son parte de una estrategia. Buscan construir un relato donde la realidad no importa, donde la mentira se repite hasta que parece verdad. Es la táctica del populismo autoritario: gritar consignas absurdas para tapar la represión y la corrupción.

Lo más preocupante no es que lo digan —ya sabemos quiénes son—, sino que haya quien todavía lo aplauda. En foros internacionales, en partidos europeos, incluso en España, hay quienes siguen viendo en Petro y Maduro una referencia de progreso. ¿Qué clase de progreso es este que se construye sobre la ruina, el exilio y la censura?

El disparate se convierte en tragedia cuando la mentira acaba marcando el rumbo de naciones enteras. Y lo que hoy dicen Petro y Maduro, si no se denuncia, mañana puede ser el discurso oficial en nuestras propias instituciones.

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