España necesita un reinicio moral

Hoy escuché algo que debería hacer temblar a este país.

Luis María Pardo, abogado y colaborador del programa, intervino y dijo que España no tiene un problema político, sino un problema moral. Que lo que vivimos no es una crisis de gobierno, sino una decadencia ética absoluta.

No habló de ideología.
Habló de bajeza moral.

Se atrevió a señalar lo que nadie quiere ver:
España funciona como un sistema de cucos políticos, cada uno defendiendo su cuota de poder como si esto fuera una mafia. Aquí no existen decisiones públicas: existen feudos.

Luis María Pardo fue aún más claro:

«Lo que necesita España no es una reforma política.
Lo que necesita es un reinicio moral.»

Y explicó por qué.

Comparó los currículums de los ministros del franquismo —ingenieros, médicos, catedráticos, especialistas— con los currículums de los ministros actuales, muchos de ellos sin experiencia profesional fuera del partido, sin acreditación en el área que gestionan, sin méritos para el cargo.

No estaba defendiendo una época.
Estaba señalando la diferencia entre capacidad y servilismo.

Antes:

• El puesto se daba por mérito.

Ahora:

• El puesto se da por obediencia.

Luis María Pardo lo resumió sin rodeos: en España, hoy manda el carné, no la preparación. Y cuando un país deja de premiar el mérito, entra en decadencia. Cuando la mediocridad se normaliza, aparece la corrupción. Y cuando la corrupción deja de ser un escándalo, aparece algo peor:

La indiferencia.

Ese es el verdadero peligro:
un país que ya ni se escandaliza.

Por eso Luis María Pardo insiste en el concepto de reinicio moral:
Si no recuperamos valores, exigencia, decencia y responsabilidad, ningún cambio político servirá para nada.

Un país sin vergüenza no tiene futuro.
Un país sin mérito no tiene líderes.
Y un país que premia la obediencia terminará gobernado por incompetentes.

España no necesita otro eslogan.
Necesita referentes.
Necesita dignidad.

Necesita mérito, no carné.

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