Facilitamos a todos nuestros documentos para frenar la estafa de las balizas de la DGT
Hoy quiero ofrecerles algo muy concreto y muy necesario: los documentos oficiales para frenar la imposición ilegal de las balizas geolocalizadas que el Gobierno pretende obligarnos a llevar en el coche. Y lo hago porque estamos ante una medida que considero opaca, liberticida y diseñada para enriquecer a unos pocos a costa del ciudadano. Una auténtica estafa institucional.
En mi programa he conversado con Raúl Castañeda, jurista y divulgador que ha preparado —junto a su equipo— los tres formularios esenciales que cualquier español puede presentar para detener este atropello antes del 1 de enero. Formularios que hoy ponemos al alcance de todos.
Raúl me explicó con total claridad cómo debe presentarse esta batalla. Los documentos ya están redactados: solo hay que poner el nombre completo y la firma. Nada más. Cada ciudadano puede enviarlos con su certificado digital, que es la opción más eficaz porque permite guardar copia y no cuesta un euro, o por carta ordinaria si así lo prefiere. Tres escritos sencillos dirigidos al Ministerio de Industria, a la Agencia de Protección de Datos y a la DGT, porque todas esas instituciones deben saber que millones de españoles rechazamos esta medida y que no aceptaremos sanciones sin haber dejado constancia previa de nuestra oposición.
Raúl lo explica claramente: para frenar este atropello solo queda una posibilidad —y pequeña— de hacerlo antes del 1 de enero. ¿Cómo? Presentando tres reclamaciones masivas:
- Al Ministerio de Industria, que no ha evaluado los riesgos de la baliza.
- A la Agencia de Protección de Datos, que parece desconocer el volumen de información personal que se recogerá.
- A la DGT, para dejar constancia formal de nuestra oposición y poder recurrir futuras sanciones.
El trasfondo económico de este asunto también es escandaloso. Hablamos de un negocio estimado en 1.900 millones de euros, un reparto descarado donde unos pocos se enriquecen mientras al ciudadano se le impone una obligación sin precedentes. Y, como siempre, España es el único país de Europa que ha decidido someter a su población a esta geolocalización permanente disfrazada de seguridad vial.
Y no es solo una cuestión de dinero. La baliza rastrea todo: rutas, horarios, velocidad, patrones de movimiento. Sabe si sales de tu casa, si visitas a alguien, si haces un desvío, si vas rápido o lento. Un nivel de vigilancia que ni siquiera los móviles imponen de forma tan directa. Raúl lo definió perfectamente: “Tendríamos al enemigo dentro del coche”.
A esto se suma un riesgo que nadie quiere abordar: las baterías de litio dentro de un vehículo cerrado en pleno verano. Existen informes sobre explosiones y pequeños incendios. ¿Nadie en el Ministerio de Industria pensó en esto? Nadie. Por eso el primer formulario va justamente dirigido ahí.
Luego está lo de las licanzas. La empresa que homologa estas balizas ha firmado un acuerdo con Vodafone por 12 años. Y otra empresa china solo dispone de una patente de un año. ¿Qué pasará después? ¿Otra baliza? ¿Otro gasto? ¿Otra concesión renovable como los peajes? Todo apunta a lo mismo.
Raúl dio tres consejos muy claros:
– Mantener los triángulos.
– Si alguien quiere comprar una baliza no geolocalizada, puede hacerlo.
– Y una tercera opción: la desobediencia civil, la misma que cambió la historia frente a injusticias muy superiores.
Y él mismo lo ha demostrado: compró una baliza solo para desmontarla, analizarla… y enviársela rota a la DGT.
Agradecí públicamente a su equipo jurídico el trabajo que están haciendo. En un país donde cada día se nos roba un poco más de libertad, necesitamos gente que actúe de manera altruista, que dedique tiempo, conocimiento y horas sin pedir nada a cambio. Porque esto no va de política. Va de proteger nuestro derecho elemental a que el Estado no invada nuestra vida privada.
Muchos de ustedes me escriben diciendo: “Albert, antes vivía más feliz porque no sabía lo que me robaban”.
Esa es la trampa. La ignorancia da tranquilidad… pero te convierte en presa fácil.
Hoy tienen información. Tienen los documentos. Tienen la forma de defenderse.
Y ahora les pregunto con total claridad:
¿Vamos a dejar que esto pase sin plantar cara, o vamos a demostrar que este país aún tiene ciudadanos dispuestos a decir basta?
La elección es suya.
Yo ya he hecho la mía.


Vaya por delante que estoy totalmente en contra de la baliza. Dicho ésto, también he de decir que la información vertida en éste artículo es parcial y, en ciertos puntos, engañosa.
Diversas compañías han desarrollado y patentado dispositivos que cumplen los criterios indicados por la DGT y tienen acuerdos con diferentes telecos para dar la conectividad de datos requerida del 2026 al 2038, servicio pagado al adquirir la V16 y que podrá ser prorrogable una vez vencido éste período.
Así mismo, si alguien es un litiofóbico, debería informar también que existen en el mercado cantidad de balizas que utilizan pilas alcalinas y, por supuesto, todos los modelos, solamente comienzan a funcionar cuando se activan. (Para todas esas personas que ven un grave peligro en las baterías de litio, comiencen eliminando los móviles de su vida, la mayoría de los coches eléctricos o con hibridación, los bancos portátiles de recarga, drones y robots autónomos, etc…ya que solamente se utilizan baterías basadas en alguna tecnología con ese elemento por su relación de energía/peso). Adicionalmente a éste dato, aclarar que es técnicamente inviable la recopilación continua de datos como usted indica, dada la pequeña cantidad de energía que pueden almacenar cualquiera de los medios utilizados, no es suficiente para realizar un proceso continuo de toma de datos. Si no lo cree, pruebe a cargar al máximo su móvil, active la geolocalización y, sin hacer ningún uso adicional, compruebe el tiempo que tardó en dejar de funcionar…
Sé que el dramatismo impulsa al lector a interesarse más por una noticia, sin embargo, ser un buen periodista conlleva el deber de investigar y corroborar antes la información que publica. Una información que no es veraz desprestigia al que la divulga como profesional. Por cierto ¿Sabe usted que una batería de plomo también se puede incendiar? ¿Que los gases emanados pueden provocar la muerte por contener ácido sulfúrico?
Afortunadamente no todos somos borregos ignorantes en el campo de la energía ni de la tecnología.
Saludos de un teleco anónimo.