Bolaños acusa a Feijóo de no ser un político decente

La comparecencia de Félix Bolaños ayer fue un espectáculo. No hay otra palabra. Y no porque aclarara nada del caso Koldo o del caso Begoña, sino porque fue un intento claro de cambiar el foco y disparar contra la oposición.

Bolaños subió al estrado y dijo, con toda la solemnidad que es capaz de fingir:

“Alberto Núñez Feijóo no es un político decente.”

Así, sin pruebas, sin explicaciones, sin contexto. Un ataque directo, brutal, de esos que se dicen cuando te estás hundiendo y ya solo queda gritar.

Desde el PP no tardaron en responder. Pero lo que me interesa no es el cruce de golpes, sino lo que revela: que el Gobierno está asustado. Sabe que la investigación avanza. Que los audios existen. Que el escándalo ha tocado la puerta de La Moncloa.

Y en vez de dar explicaciones, lo que hacen es disparar contra todo lo que se mueve.
Hoy es Feijóo. Ayer fue Ayuso. Mañana será cualquier otro.

Lo dijo un diputado en los pasillos del Congreso:

“Esto es como ver a un animal herido, que muerde porque sabe que no tiene escapatoria.”

Y lo peor es que se ha perdido el respeto institucional. Cuando un ministro lanza acusaciones personales desde la tribuna sin ningún dato, se rompe la política y se insulta al ciudadano.

Lo que vimos ayer fue eso. Un ministro del Gobierno de España diciendo que el líder de la oposición no es decente, mientras él mismo esconde los datos de su entorno y bloquea comparecencias clave en el Congreso.

Pero ya lo saben ustedes: si nos calláramos… esto no sería periodismo.