Campamento islamista en Gerona: adoctrinamiento con dinero público

Mañana arranca en Gerona un campamento que, a simple vista, podría parecer inofensivo: niños de 6 a 12 años, actividades en la naturaleza, convivencia… pero el cartel ya deja claro que es una Escuela de verano islamista, exclusiva para menores musulmanes.
El problema no es la religión en sí. También hay campamentos cristianos. El problema es lo que hay detrás: la Sociedad de Hermanos Musulmanes, una organización investigada en varios países por su ideología radical y señalada por el CNI como una de las principales amenazas para la divulgación del yihadismo en España.
Lo denuncia Alberto Tarradas, diputado de Vox en el Parlament y líder provincial en Gerona: “No es una actividad cultural aislada. Es parte de un movimiento transnacional que busca radicalizar a la comunidad islámica y acercarla al salafismo, ese islam original y radical que pretende recrear la sociedad islámica primitiva en toda Europa”.
Varios países islámicos como Marruecos, Egipto o Turquía ya han declarado la guerra a los Hermanos Musulmanes por su peligrosidad. En cambio, en Europa —y en Cataluña en particular— se les da espacio, recursos y hasta subvenciones públicas.
La tolerancia interesada
Tarradas recuerda que en Cataluña un tercio de las mezquitas predican el salafismo, y que no se limita a templos: está presente en clubs culturales, bibliotecas, asociaciones deportivas, grupos de amigos y ahora también en campamentos infantiles. No es casualidad: “El separatismo ha entregado Cataluña al islamismo con tal de deshispanizarla”.
Y no es solo cuestión de prédica. Desde hace años, se imparten clases de islam y cultura marroquí en más de 200 colegios públicos catalanes, con profesores seleccionados por el rey de Marruecos y pagados por nosotros. Mientras, el español es marginado.
Subvenciones y tapaderas
La financiación llega, en buena parte, a través de ONG como Islamic Relief, con sedes en Gerona, Lérida y Reus, y bajo investigación en otros países. Aparentemente se destinan a ayuda social, pero según Tarradas, sirven para “suplantar las estructuras estatales y reforzar estructuras paraestatales islámicas”.
Cambio demográfico y cultural
En los últimos 4 años se han cerrado 300 iglesias y abierto cerca de 50 mezquitas en España, la mayoría en Cataluña. Tarradas advierte: “Esto forma parte de un plan diseñado para cambiar la sociología catalana y alterar resultados electorales, con el objetivo final de imponer el islam político legalmente”.
Lo que ya ocurre en barrios de Bruselas o Londres podría repetirse aquí: tribunales islámicos paralelos, códigos morales ajenos a nuestras leyes, y comunidades cerradas al resto de la sociedad.
El campamento sigue adelante
Pese a la denuncia, la Generalitat no hará nada. Ni control, ni supervisión. Los organizadores cobran 150 euros por niño y seguirán con sus actividades. El adoctrinamiento empieza pronto, y lo estamos financiando.
Cataluña es hoy el epicentro de este choque cultural, y como siempre, los políticos miran hacia otro lado.
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