¿Dónde fue a parar el impuesto revolucionario de ETA?

Conocen perfectamente a Pablo Cambronero, colaborador de este programa, Policía Nacional en Sevilla y diputado durante muchos años. El que trabajó más de todos los diputados del Congreso.
Acaba de poner en marcha el Departamento de Eficiencia Gubernamental, DEGU. Estas son sus siglas. Y, amigos de YouTube, están viendo su anagrama, que no podía ser otro que una hormiga.
—Pablo, que es el DEGU, bienvenido. ¿Cómo estás?
—Hola, muy buenas, Albert. Encantadísimo de estar contigo, como siempre digo, porque es verdad.
Me explicó que el DEGU es una especie de asociación que han montado. Él y su equipo llevan mucho tiempo trabajando en lo que llaman el grupo de “las hormiguitas”. Investigan el destino —a veces disparatado— del dinero público. Y ahora han decidido organizarse, a imagen y semejanza de lo que ha sido el DOJ americano. Una especie de estructura, no asociación en sentido jurídico, pero sí con una identidad común.
—No es solo Pablo Cambronero —me dijo—. El DEGU centraliza las informaciones y las trabaja en equipo.
Y me contó en qué consiste su primera gran investigación, que me parece interesantísima porque nadie lo ha hecho en España: ¿Dónde fue a parar el impuesto revolucionario que cobró ETA?
ETA, como toda mafia, cobraba a empresas y empresarios. Yo he conocido gente que pagó, y gente que se negó y tuvo que huir del País Vasco. Nunca se ha investigado esto. ¿Dónde fue a parar ese dinero? ¿De qué cantidad podríamos estar hablando?
—Ya lo teníamos en mente —me explicó Pablo—, pero fue tras una conversación con mi gran amigo Víctor Sánchez del Real cuando decidimos lanzarnos. Lo hablamos en el equipo y dijimos: “Vamos a intentar investigar”.
Me avisó de que no es nada fácil, porque estamos hablando de dinero opaco. No se conocen ni las cantidades exactas. Pero tienen algunos datos: más de 15.000 personas y empresas afectadas durante décadas. Y desde la disolución de la banda, nada se ha sabido de ese dinero, que, según palabras de Cambronero, “evidentemente ha regado muchos bolsillos y ha creado incluso presuntamente estructuras, algunas posiblemente políticas”.
—Vamos a seguir la pista del dinero. No puedo asegurar un resultado positivo, pero vamos a intentarlo.
Y desde aquí, como siempre, les prometo que seguiremos cada paso de esta investigación. Porque, como les digo cada noche: “si nos calláramos, esto no sería periodismo”.