EDITORIAL «Desde antes de llegar a la Moncloa ya cobraron mordidas a las constructoras»

Sí, hemos tocado fondo. Y la sensación que ustedes tienen es exactamente la que yo siento: ¿qué más tiene que ocurrir para que este sinvergüenza de presidente actúe, se marche, convoque elecciones, deje de aferrarse al poder?
Ayer, como muchos, pensé que sería el día. Un informe demoledor de la UCO desmontaba toda la fachada. Pero no. La estructura del fango sigue intacta. El PSOE de Sánchez sigue en pie, aunque ya sin maquillaje. Y ¿saben por qué no dimite? ¿Por qué no tira la toalla? Porque sabe que si pierde el aforamiento, si lo juzga un juez decente como Peinado o Vietma, va directo a prisión.
Por eso no se va. Por eso se atrinchera, y juega sus únicas cartas: las de la trampa, el fraude electoral, el pucherazo en las primarias del PSOE. Hará lo que sea para no sentarse en el banquillo. Y les digo lo mismo que llevo años diciendo: si hay justicia en España, Pedro Sánchez será el primer presidente encarcelado de nuestra democracia.
El informe de la UCO no comete errores. Ha tardado porque no quiere dejar huecos. Y confirma lo que aquí hemos denunciado durante tres años: esto nunca fue un proyecto político. Fue una banda criminal perfectamente organizada para delinquir desde las instituciones.
Hay grupos que trafican con drogas, armas o personas. Esta es una organización criminal que trafica con dinero público. Se visten de honrados, se rodean de amigos colocados estratégicamente en la judicatura, en la Fiscalía, en los medios. Pumpido, García Ortiz, medios comprados con dinero público. Y mientras tanto, los impuestos suben. Hay que alimentar a muchos estómagos agradecidos.
El informe muestra cómo la llamada “banda del Peugeot” —sí, con ese coche recorrieron España— ya cerraba sobornos en 2014, antes incluso de llegar a Moncloa. Amañaron primarias del PSOE. Introdujeron votos. Se repartieron favores. En 2017 ya colocaban familiares y cobraban mordidas. Empresas como Servinavar pagaban pisos a altos cargos como Santos Cerdán. No es una metáfora: lo pagaban literalmente.
Y en los bares, como en una película de mafiosos, recogían sobres en efectivo. En Pamplona, el bar Franky fue el punto de entrega. Acciona, según la UCO, pasaba sobres de 100.000, 200.000, 300.000 euros. Parte iba al partido, parte a los bolsillos. Y así hasta que la Guardia Civil les pilló.
No era un partido. No era un gobierno. Era un negocio.
Y como en todo negocio criminal, hubo traiciones. Coldo no recibió su parte, se sintió traicionado, y empezó a grabarlo todo. Grabó a Ábalos, grabó a Santos Cerdán. Lo dejó todo registrado y entregado a la Guardia Civil.
Y ahora, ¿qué? ¿Perdón? ¿Otra huida teatral de 72 horas para “reflexionar”? Ayer vimos a Sánchez sudar. El papel de víctima ya no cuela. Pero sigue en el Falcon. Sigue con escoltas. Sigue cobrando.
Les digo algo más: lo que conocemos hasta ahora es solo el 20% de lo que tiene la UCO. Viene más. Mucho más. Y si la Fiscalía Anticorrupción —la que depende del Supremo, no del Gobierno— y los jueces hacen su trabajo, el final tiene un solo nombre.
No se dejen engañar. No más perdones. No más teatrillos. No más impunidad.
Sánchez no llegó al poder para gobernar. Llegó para saquear. Y lo hizo incluso antes de entrar en Moncloa.
¿CREES QUE ESTE GOBIERNO DEBE RESPONDER ANTE LOS CIUDADANOS?
SÚMATE A LA MOCIÓN DE CENSURA
IMPORTANTE: Debes confirmar el correo que te enviará Change.org. Si no lo haces, tu firma no cuenta.