El PSOE tiene los videos del Informe Jano grabados en la sauna del padre de Begoña

El archivo secreto, la sauna del suegro de Sánchez… y la cloaca que amenaza con estallar.

Empieza una semana decisiva. Este miércoles a las 12 del mediodía, España se detiene. Al menos, esa es la propuesta que surgió desde aquí, desde este programa, desde los mensajes de los oyentes que nos pedían unirnos a jueces y fiscales hartos del atropello institucional. Ahora ya no somos unos pocos: más de cien asociaciones respaldan esta iniciativa. La huelga de diez minutos puede ser el ensayo general de algo mayor. El hashtag lo conocen: #11JSánchezDimisión. Si funciona, el siguiente paso será una huelga general convocada desde la ciudadanía, sin sindicatos subvencionados.

Pero hoy, amigos, vengo a contarles algo más grave. Algo que conecta las cloacas del Estado con el corazón mismo del poder. Y empieza, curiosamente, en una sauna.

El archivo que no se puede consultar

¿Han oído hablar del archivo Jano? Es uno de esos secretos de Estado que ni siquiera los agentes del Centro Nacional de Inteligencia pueden consultar. Se creó, al parecer, en los años finales del franquismo, como un fichero confidencial con información sensible sobre jueces, políticos, empresarios, periodistas. Su otro nombre lo dice todo: Control de Togas. La idea era clara: fichar a miembros del poder judicial para poder presionarlos si alguna vez se desviaban de la línea marcada. Extorsión preventiva con nombre oficial.

Y aquí entra en escena un personaje clave: Sabiniano Gómez, padre de Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez. Apolítico, discreto, pero muy bien conectado con la policía y el CNI. Su negocio: la sauna Adán, un local gay en Madrid que, según fuentes solventes, estaba repleto de micrófonos y cámaras. En el bar, en el baño de vapor, en los cuartos oscuros. Todo grabado. Todo fichado.

Prostitución de menores y chantajes a gran escala

Lo más perturbador no es la tecnología. Es lo que captaban esas cámaras. Según varios testigos, incluida Teresa Gómez de The Objective, allí se grabaron escenas de prostitución con menores. Sí, menores. Y no con cualquier cliente. Jueces. Políticos. Empresarios. Periodistas. Personas que, si esas imágenes salieran a la luz, quedarían destruidas. Ya no podrían ejercer. Ya no podrían juzgar. Ni condenar. Ni decidir. Se acabó su independencia.

Y ese material, grabado en los años 70 y 80, cayó en manos de quien no debía: el comisario Villarejo. Después, según las investigaciones, pasó a manos de Pérez Dolset, empresario bien conocido por sus conexiones con lo peor de las cloacas. ¿Y qué hizo? Se lo ofreció al PSOE. A cambio de impunidad.

La niña de las toallas y el ascenso fulgurante

Hay un giro más. ¿Saben quién trabajaba en esa sauna siendo una niña? Cambiando toallas, llevando cuentas, correteando entre las cabinas… Begoña Gómez. La misma que años después se casaría con el hombre que, según todas las informaciones, recibió el contenido íntegro de esas grabaciones: Pedro Sánchez.

¿Coincidencia? Quizá. ¿Oportunidad? Sin duda. Porque desde que ese material entró en posesión del PSOE, lo que ha salido a la luz son solo grabaciones que afectan al PP. Las del PSOE, las que podrían derribar un gobierno entero, han desaparecido. No existen. O mejor dicho: existen, pero están bien guardadas.

¿Ascenso político o chantaje sistémico?

Pedro Sánchez llegó al poder con una rapidez inusual. Su ascenso ha sido fulgurante, casi sin obstáculos. ¿Y si esas grabaciones han sido la llave maestra que abre todas las puertas? ¿Y si jueces, fiscales y rivales políticos han sido neutralizados por temor a lo que pueda aparecer? Esa es la verdadera pregunta.

Porque si el PSOE tiene en su poder grabaciones que pueden destruir carreras y reputaciones, ¿quién se atrevería a investigarlo? ¿Qué juez ordenaría un registro en Ferraz? ¿Quién tendría el valor de abrir esa caja de Pandora?

¿Y ahora qué?

Las denuncias ya están presentadas. Falta un juez valiente. Uno solo. Alguien que, sin miedo a su pasado, se atreva a tirar del hilo. Que entre en Ferraz. Que revise si ese material existe. Que determine si se está usando para chantajear a los pilares mismos del Estado.

Porque esto, señores, no es una conspiración. Es una red de extorsión institucional. Y quien lo dude, que explique por qué el PSOE, y en particular Pedro Sánchez, han permanecido intocables mientras el país arde en escándalos.

Los próximos días serán decisivos. Este miércoles, la huelga. Y más allá, quizá, el principio del fin de un sistema donde el poder no se ejerce con votos… sino con vídeos ocultos en cajones cerrados.