Guadalajara, 20 años después… y seguimos igual o peor

Han pasado 20 años. Veinte. Y todavía duele recordar el incendio de Guadalajara de 2005. Se llevó la vida de once bomberos del retén de Cogolludo. Once héroes que murieron por culpa de la incompetencia política. Y lo digo así, sin rodeos.
Hoy he querido hablar con Pedro Gallego, ingeniero, bombero y experto en riesgos laborales. Porque él sabe de lo que habla. Estuvo allí, conoce los informes, vivió de cerca esa tragedia. Y lo que cuenta… estremece.
Me confirmó lo que ya muchos sospechábamos: el presidente de Castilla-La Mancha en aquel momento, José María Barreda, no pidió ayuda a Madrid ni a Valencia porque ambas comunidades estaban gobernadas por el Partido Popular. Así de miserable. Prefirió el fuego antes que parecer débil ante el rival político.
La consecuencia: once muertos.
Me lo dijo claro Pedro Gallego: “La coordinación de emergencias en España sigue siendo nefasta”. En pleno siglo XXI, seguimos sin un mando único eficaz cuando las llamas arrasan territorios. Seguimos con luchas de competencias, con burocracia, con lentitud. Con decisiones políticas por encima de la lógica y la vida.
¿Hemos aprendido algo desde 2005? Muy poco. Seguimos sin invertir donde hay que invertir. Seguimos sin proteger adecuadamente a nuestros bomberos. Seguimos politizando lo que debería ser técnica pura: la gestión de emergencias.
Y mientras tanto, cada verano arde media España. Cada verano vemos a profesionales jugándose la vida, mal equipados, sin respaldo real, y a políticos haciéndose fotos.
El caso de Guadalajara no fue un accidente inevitable. Fue una negligencia política. Fue una vergüenza que no puede repetirse. Y sin embargo, veinte años después, seguimos acumulando errores.
Gracias, Pedro, por contarlo con valentía. Gracias por no olvidar a los tuyos. Y gracias por recordarnos que la vida humana no puede supeditarse jamás a una sigla.