La catedral de Justo Gallego convertida en discoteca: un insulto a su legado

Muchos confidenciales me han escrito indignados. Y con razón. La catedral construida durante décadas por Justo Gallego, aquel hombre que levantó piedra a piedra su templo en Mejorada del Campo, ha acabado en manos del padre Ángel y hoy se utiliza para conciertos y fiestas que nada tienen que ver con la voluntad del creador.

En los vídeos que recibimos se ve claramente: desde el altar y el púlpito se canta “Voy a pasármelo bien” como si fuera un escenario de discoteca. Justo dedicó su vida a levantar un templo a la Virgen del Pilar y a la Virgen María, no a que lo convirtieran en un local de ocio.

El enfado de los vecinos y de quienes visitan el lugar es comprensible. Se ha profanado el sentido de una obra única en el mundo, nacida de la fe y la perseverancia de un hombre sencillo.

Convertir en espectáculo lo que fue un acto de devoción es una falta de respeto no solo a Justo Gallego, sino a todos los que creyeron en su obra.

Confidenciales, yo siempre les pido que me envíen pruebas, vídeos y testimonios. Y en este caso, la indignación es compartida: la catedral de Justo no merece acabar así.