La directora de la Guardia Civil nos toma el pelo presentándose en pijama en un homenaje a agentes fallecidos
Hay días en los que uno siente vergüenza ajena.
Pero lo de la directora general de la Guardia Civil, Mercedes González, supera la vergüenza: es una humillación a la institución.
Acudió a un acto de homenaje a guardias civiles fallecidos en acto de servicio vestida…
en pijama.
No es una metáfora.
No es una exageración.
La escena la describió el teniente coronel en la reserva y ex agente del CESID, Francisco Bendala:
“No fue vestida. Fue en pijama.”
Pantalón holgado, top de algodón, sin protocolo, sin respeto.
Como si hubiera bajado a tirar la basura.
Esto no es una anécdota.
Es una declaración política.
Bendala lo argumentó con una claridad contundente:
“Quieren banalizar lo sagrado. Destruir símbolos, tradiciones y respeto.”
El análisis es demoledor:
no es ignorancia, es estrategia.
Bendala lo explicó así:
“Ellos quieren rebajar lo elevado. Es parte de una revolución ideológica.”
La Guardia Civil es una de las instituciones más respetadas de España, y para quienes buscan desmontar la nación desde dentro, atacarla simbólicamente es fundamental.
Porque cuando destruyes los símbolos, destruyes la identidad.
Pero hay otra parte igual de grave:
ningún mando de la Guardia Civil la frenó.
Nadie le dijo: “Así no.”
Nadie suspendió el acto.
Eso muestra el otro problema:
la rendición interna.
Bendala lo define con precisión quirúrgica:
“Si se pierden las formas, el fondo ya no existe.”
En los cuarteles ya se teme más a los políticos que a traicionar la dignidad de los caídos.
Eso lo cambia todo.
Y vaya si lo cambia.
Mercedes González es periodista. No militar.
No siente el uniforme.
Lo usa.
Se aferra al cargo, lo pidió antes de las elecciones para asegurarse un sillón aunque perdieran.
Y ahora lo utiliza para rebajar una institución que no le pertenece, pero que paga con dinero público.
No fue un error.
No fue casualidad.
Fue un mensaje.
Para ellos no existe patria, ni honor, ni símbolos.
Solo hay poder, sillas y sueldos.
Lo dijo Bendala, sin filtros:
“Son mindundis con anorexia intelectual.”
Y lo dijo mirando a cámara sabiendo lo que implica.
Cosa que no hace casi nadie en España.
La directora general de la Guardia Civil se rió de nuestros muertos.
Y la institución le sonrió de vuelta.
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Lo que es triste es que no hubo nadie de la Guardia Civil que suspendieran el Acto hasta que se presentase con dignidad y respeto a los caídos, hay que hacer manos caídas y actuar, ya está bien de golfas que an provocando falta de respeto.