Las enfermeras de Somiedo: la historia que España olvidó

En esta profesión uno aprende que no todas las noticias pasan por un despacho oficial, ni todas las hazañas llegan a los titulares. Por eso valoro tanto la labor de Paco Álvarez, nuestro historiador de cabecera en la sección Héroes anónimos. Cada semana rescata un fragmento de la España que nadie cuenta. Y hoy nos trae una historia que debería enseñarse en los colegios: la de las enfermeras de Somiedo.

Somiedo, Asturias. Montañas abruptas, inviernos imposibles y aldeas dispersas donde durante décadas la vida dependía de la resistencia, del ingenio y de la entrega de quienes cuidaban a los demás sin pedir nada a cambio. Allí trabajaron estas mujeres: enfermeras rurales que se adentraban en caminos impracticables, muchas veces a pie, otras a lomos de una mula, y en ocasiones rompiendo la nieve con las manos para poder llegar a un enfermo.

Eran sanitarias, pero también mediadoras sociales, comadronas, psicólogas, confidentes, consejeras y, cuando era necesario, las únicas funcionarias del Estado capaces de llegar a lugares donde el propio Estado no llegaba. Llevaban vacunas, calmaban fiebres, atendían partos, curaban heridas, acompañaban a los ancianos y, en los momentos más duros, sostenían manos para que nadie muriera solo.

Paco Álvarez recuerda que trabajaban con lo mínimo: una bolsa, un cuaderno, unas vendas y una voluntad que hoy nos parecería sobrehumana. No había ambulancias, ni helicópteros, ni teléfonos móviles. Había compromiso. Y había un sentido del deber que parecía ilimitado.

En Somiedo, estas enfermeras eran literalmente “la vida”. Y pese a ello, nadie escribió su nombre en las placas oficiales, nadie levantó un monumento, nadie les dedicó homenajes institucionales. Pero cada niño que sobrevivió gracias a ellas, cada parto que no terminó en tragedia, cada epidemia contenida en un valle remoto lleva su firma invisible.

No fueron heroínas por vocación épica, sino por necesidad cotidiana. Y por eso mismo su historia pesa más. Como dice Paco Álvarez, “si España no recuerda a estas mujeres, no se recuerda a sí misma”.