Tres mil euros por dos tuits: así compra el Gobierno la opinión en redes

Mientras tú madrugas, trabajas y pagas impuestos, hay influencers cobrando 3.146 euros por subir dos vídeos de 40 segundos defendiendo al Gobierno. No es broma. Se llama Alan Barroso, es politólogo, tertuliano habitual en platós afines, y uno de los rostros de la propaganda encubierta que hoy prolifera bajo el disfraz de “opinión independiente”.

Dos vídeos. Un minuto y medio en total. Uno defendiendo el “milagro económico” del Gobierno, el otro desmintiendo que Franco creara la Seguridad Social. ¿Resultado? Más de 3.000 euros en tuits promocionados pagados con dinero público. ¿A qué bolsillo fueron? Al suyo. ¿A cargo de qué? Del tuyo.

Esto no es comunicación institucional. Esto es marketing político financiado por todos. El mensaje es claro: si hablas bien del régimen, te pagan. Si haces preguntas incómodas, te censuran, te acusan de facha o directamente te echan del Congreso, como a los periodistas que sí ejercen su oficio.

Castillón lo dijo claro en el programa: esto es ingeniería emocional de masas. Opiniones compradas con factura. Influencers al servicio del poder. Una forma moderna de manipulación, pero igual de burda.

¿Y sabes lo peor? Que muchos ciudadanos ven ese contenido y piensan que es “espontáneo”. No lo es. Es propaganda pagada. Y cada like, cada retuit, cuesta dinero del contribuyente.

Bienvenidos a la era del tuit subvencionado. Aquí, la libertad de expresión también cotiza… pero solo si hablas bien del jefe.