El museo de la amnesia democrática

El edificio de Vía Laietana en Barcelona es, para muchos, un símbolo de la represión franquista. Pero resulta que su historia oscura no empieza en 1939. Empieza antes. Mucho antes. Y eso, casualmente, nadie lo menciona.
Ayer, en el programa, César Alcalá —autor de Las Checas del Terror— nos recordó lo que algunos pretenden borrar:
“A ERC y a la CNT, que fueron los que estaban en Barcelona en el 36, utilizaron ese edificio para torturar, para meter a la gente, para cargarse a personas que no pensaban como ellos.”
Sí, has leído bien. Ese mismo edificio que ahora el Gobierno quiere convertir en un “museo de la memoria democrática” ya fue un centro de represión, pero bajo los suyos. Bajo los que hoy mandan. ¿Y qué parte de esa historia se va a contar en el museo? ¿La de Franco o también la de Companys?
Es lo de siempre: memoria sí, pero selectiva. Recordar lo que conviene. Borrar lo que molesta. Blanquear lo que fue brutal, si los verdugos eran de izquierdas.
Y lo más grave: lo hacen con dinero público, con un relato impuesto desde el poder, y con la complicidad del silencio mediático.
En este diario no olvidamos lo que otros intentan tapar. Porque la memoria, o es completa, o no es memoria. Es propaganda.