Ávalos y Koldo siguen libres: la doble justicia de un país sin vergüenza
Hoy quiero compartir con vosotros algo que indigna a cualquiera que tenga un mínimo sentido de la justicia.
Ni José Luis Ávalos ni su mano derecha, Koldo García, han pisado la cárcel.
Y eso que las pruebas que los implican en una red de corrupción son tan evidentes que si tú o yo hiciéramos una mínima parte de lo mismo, ya estaríamos entre rejas.
Lo escuchamos cada día en la calle: “En España hay una justicia para los políticos y otra para el resto”. Y la gente tiene razón.
Lo hemos preguntado en nuestras encuestas y nadie cree que la justicia sea igual para todos.
Porque no lo es.
Mientras un ciudadano va a prisión por robar un cartón de leche, estos tipos manejaban sobres llenos de billetes, con etiquetas tan claras como “gastos de ministro”, “Ferraz/PSOE” o “gastos personales”.
Dinero negro, mordidas, comisiones y favores a cambio de obra pública.
Y sin embargo, ahí los tienen, sonriendo en libertad y disfrutando del aforamiento que los protege.
Lo más grotesco es que Aldama, el empresario que los financiaba, organiza manifestaciones y se pasea como un héroe, como si fuese el Robin Hood de los autónomos.
No lo es. Fue parte del engranaje que nos ha llevado a esta cloaca política donde los corruptos son premiados y los honrados perseguidos.
He hablado con el exabogado de Ávalos, José Aníbal, uno de los mejores penalistas de Madrid.
¿Sabéis lo primero que me dijo? Que Ávalos ni siquiera le ha pagado las minutas.
Y lo segundo: que se reunía a escondidas con los abogados de Koldo para pactar.
Eso, en cualquier otro país serio, sería motivo de escándalo nacional.
Pero aquí no pasa nada.
Ni cuando se sabe que Sánchez y sus ministros han manejado sobres en efectivo.
Ni cuando se descubre que el PSOE —el mismo partido que prohíbe a los ciudadanos pagar más de mil euros en metálico— cobra y reparte dinero en sobres.
¿Y qué hace el Gobierno?
Controlarlo todo. Tu dinero, tus movimientos, tus transferencias, tus hábitos.
Como dije en el programa, vivimos en una “demo-mafia”, no en una democracia.
Nos están robando las libertades poco a poco mientras nos entretienen con discursos vacíos sobre igualdad y progreso.
Nos quieren asustados, divididos y vigilados.
Eso es lo que está pasando.
Han convertido la ley en un instrumento político.
Y si te atreves a decirlo, te llaman “facha”, “negacionista” o “enemigo de la democracia”.
Pues no, señores.
El verdadero enemigo es quien roba impunidad, quien compra silencio y quien se esconde tras el escaño.
Cuando el pueblo pierde el respeto por la justicia, el sistema está podrido.
Y España, hoy, huele a eso.
¿CREES QUE ESTE GOBIERNO DEBE RESPONDER ANTE LOS CIUDADANOS?
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