Nadie aclara quién paga los viajes de Begoña Gómez

Cada vez que alguien pregunta quién paga los viajes de Begoña Gómez, la respuesta es un silencio atronador. Y ya van muchas preguntas.
La oposición, los medios, los ciudadanos… todos queremos saberlo.
Porque no hablamos de un desplazamiento puntual o de una visita informal. Hablamos de una actividad continuada, internacional, institucional, que ella misma ha documentado con fotos, agendas y declaraciones. Y sin embargo, nadie da explicaciones.
Ayer supimos algo más. Una de las agencias de viajes que colabora con Presidencia ha sido preguntada por este asunto. Y no han querido responder. Dicen que no pueden dar datos. Que es confidencial.
¿Confidencial? Estamos hablando de fondos públicos. De dinero de todos. ¿Cómo va a ser confidencial?
¿Se pagan con el presupuesto del Ministerio de Exteriores? ¿Con partidas de Presidencia? ¿Con convenios oscuros con fundaciones amigas?
¿O directamente, como se rumorea, viaja con contratos firmados por empresas a las que luego ella apoya desde su cátedra?
Esto no lo digo yo. Lo dicen los hechos. Lo dicen los correos. Lo dicen los convenios.
Y lo dice también la falta de transparencia.
Lo que ocurre con Begoña Gómez no pasaría en ningún otro país europeo. Ni en Francia, ni en Alemania, ni en Holanda.
Allí, por mucho menos, han dimitido ministros y presidentes.
Aquí, cuando se pregunta por sus viajes, el Gobierno dice: “ella no es funcionaria”.
Pero sí viaja en nombre del Gobierno.
Sí representa al Ejecutivo.
Y sí se beneficia de fondos públicos.
Y sí está casada con el presidente.
Y si nos calláramos… esto no sería periodismo.