Óscar Puente estrena su propio podcast

Hay días en los que uno siente que ya lo ha visto todo…
Hasta que ve a un ministro lanzar un podcast de 39.000 euros pagado con dinero público para contarnos “el sonido de las infraestructuras”.
Y entonces recuerdas que esto no es un Gobierno, sino una secta organizada.
Una secta donde el líder es incuestionable, los fieles aplauden cualquier disparate y los herejes son perseguidos sin piedad.
El ministro Óscar Puente, responsable de Transportes y Movilidad Sostenible, ha estrenado su propio podcast institucional con fondos públicos.
El proyecto ha costado casi 40.000 euros, y a pesar de toda la promoción oficial, apenas ha conseguido un centenar de visitas.
Su tono es meloso, impostado, casi de telepredicador.
Así lo definió el abogado Javier María Pérez Roldán:
“Esto no es un podcast informativo, es un púlpito. Una vía directa de comunicación con los seguidores de la secta socialista.”
El psicólogo Julio Bronchal coincidía:
“El PSOE funciona como una secta. Son inasequibles a la verdad. Da igual lo que su líder haga: aunque robe, mienta o se contradiga, sus votantes lo protegen como a un gurú.”
Ambos describieron el fenómeno con precisión clínica.
No se trata ya de política, sino de ingeniería emocional.
De construir una narrativa cerrada donde la crítica se convierte en blasfemia.
Y todo financiado, cómo no, con el dinero de los contribuyentes.
El socialismo español ha mutado.
Ya no gobierna: predica.
Ya no informa: adoctrina.
Y utiliza los medios, las empresas públicas, los impuestos y hasta los micrófonos del Estado para mantener un relato de fe ciega en Pedro Sánchez.
Pero los ciudadanos no son feligreses.
La política no puede basarse en la adoración al líder ni en la persecución del disidente.
Y si un ministro necesita pagar con dinero público un podcast para que le escuchen cien personas, entonces el problema no es la comunicación.
El problema es el fanatismo.
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