Protesta manipulada: cómo se utilizó a inmigrantes para incendiar la calle

Compártelo:

Lo que van a leer no es una opinión. Está grabado en vídeo. Se ve. Se escucha. Se puede comprobar.

Hace unas semanas, en el aeropuerto de Gran Canaria, la policía tuvo que abatir a tiros a un inmigrante gambiano fuera de sí, armado con un cuchillo de carnicero, que primero intentó apuñalar a un taxista y luego se abalanzó sobre un agente. Salvó la vida el taxista, salvó la vida el policía, y probablemente salvaron la vida de otras personas.

Hasta ahí, hechos. Hechos grabados. Innegables. Pero lo que vino después es lo que destapa el verdadero problema.

Días más tarde, manifestaciones de inmigrantes gambianos recorren las calles gritando “¡asesinato!”, “¡policía criminal!”. ¿Espontáneo? ¿Indignación legítima? No. Fue manipulación. Manipulación profesional. Orquestada. Dirigida. Y grabada, por suerte, por alguien que estaba allí.


“Esta tierra es nuestra”: cuando el guion ya está escrito

En el vídeo que ha llegado a nuestro equipo, se ve cómo una mujer, activista, subvencionada, les da instrucciones a los inmigrantes sobre qué gritar, cómo hacerlo, qué escribir en las pancartas, qué actitud mostrar. Les dice, literalmente: “Esta tierra es nuestra. No vamos a seguir dando gracias a Canarias. Vamos con rabia. Adulay fue asesinado. Y hay que poner un cartel que lo diga”.

Sí, les dan el guion. Con rabia incluida. Con consignas. Con instrucciones. Como si fueran extras de una obra de teatro.

La mujer que aparece en ese vídeo, según nos informan, es Isabel Alfaro, presidenta de la Federación Nacional de Asociaciones de Inmigrantes y Refugiados de España. La otra, aún sin confirmar, también trabaja —o trabajaba— en la misma organización.

¿Y por qué hacen esto? ¿Por empatía? ¿Por defensa de derechos? No. Por dinero.


Las subvenciones mueven la maquinaria

Estas asociaciones, que viven del dinero público, reciben hasta 400 millones de euros al año en ayudas. Y necesitan justificar su existencia. Su activismo. Su “impacto”. Necesitan que la calle arda. Que haya conflicto. Que haya pancartas. Vídeos. Medios. Porque si no hay ruido, no hay subvención.

Entonces, ¿qué hacen? Calientan la cabeza al inmigrante que viene aquí buscando una vida digna, que sabe perfectamente que si ataca con un cuchillo a un policía puede ser abatido. Porque eso también lo saben en Gambia. Por menos, allí, te matan.

Pero aquí, el truco es otro. Aquí se les utiliza como carne de pancarta. Como herramienta política. Como escudo ideológico.


¿Dónde está el fiscal?

Esto es un caso claro —y grabado— de incitación al odio. De manipulación de un colectivo vulnerable con fines políticos o económicos. ¿Dónde está el fiscal general? ¿Dónde están los que tanto se indignan cuando alguien dice que hay que cerrar el grifo de las subvenciones?

Porque no se trata de racismo. Se trata de dignidad. Y de no permitir que se utilice a nadie para incendiar la convivencia.

Y lo peor: las dos mujeres que lideraban esta manipulación… son canarias. ¿Cómo puede alguien atacar así a su tierra, a su policía, a su gente?


Por dinero o por ideología. Me da igual.

Lo que ha pasado aquí tiene un nombre: es un montaje. Es una utilización miserable de personas para fines ideológicos. Es un negocio de subvención. Es manipulación social a cara descubierta. Y tiene responsables.

En Castillón Confidencial no vamos a dejar de mostrarlo. Aunque nos insulten. Aunque nos censuren. Aunque moleste. Porque la verdad —cuando se graba— ya no se puede tapar.

Seguimos.

¿CREES QUE ESTE GOBIERNO DEBE RESPONDER ANTE LOS CIUDADANOS?

SÚMATE A LA MOCIÓN DE CENSURA

IMPORTANTE: Debes confirmar el correo que te enviará Change.org. Si no lo haces, tu firma no cuenta.

Suscríbete ahora para no perderte nada

Recibe cada semana las noticias que otros prefieren ocultarte.

¡No hacemos spam! Lee nuestra política de privacidad para obtener más información.

Compártelo:

Más noticias

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.