28.000 litros de queroseno contaminante para las vacaciones de Sánchez

Pedro Sánchez ya está de vacaciones. Tres semanas en La Mareta, Lanzarote. El problema no son las vacaciones, sino cómo las paga usted y yo.

Este año el despliegue ha sido un derroche insultante. Todo empezó con un Airbus A310 enviado vacío desde Madrid a Lanzarote, gastando 10.000 litros de queroseno. Después, ese mismo avión voló a Gran Canaria (otros 2.500 litros) y volvió vacío a Madrid (9.600 litros más).

Al día siguiente, el presidente voló en un Falcon hasta Lanzarote (3.000 litros). Como iba a quedarse tres semanas, el Falcon volvió solo a Madrid (otros 2.600 litros). Total: 28.000 litros de queroseno, el equivalente a conducir un coche durante ocho años sin parar.

Mientras usted soporta el discurso oficial de que “el cambio climático es culpa de que no compremos un coche eléctrico”, el presidente viaja con despliegue doble de aviones, helicópteros y un séquito que nos cuesta cientos de miles de euros.

Esto no es un viaje privado. Es un insulto a la inteligencia y al bolsillo de los españoles. Se predica austeridad, pero se practica el lujo. Y lo más grave: se hace con absoluta impunidad, sin que nadie exija responsabilidades ni justificaciones públicas de semejante gasto.

No es solo un viaje. Es la radiografía de cómo se entiende el poder en este país: privilegios para ellos, sacrificios para usted.