EDITORIAL: «Alemania es además de Marruecos el peor enemigo de España»

En agosto muchos bajan la guardia. Yo no. Aquí seguimos, en la trinchera, porque la batalla por la democracia, la libertad de prensa y contra la corrupción no se gana de golpe, sino poco a poco, unidos. No vamos a dejar este país atado y bien atado para nuestros hijos y nietos.
Hace unos días estuve con Álvaro, más conocido en redes como Capitán Bitcoin. Enfermero, trabaja con enfermos terminales, pero en X tiene casi 600.000 seguidores. Criticó al Gobierno y a las grandes cadenas, y un día decidieron exponer su nombre y su cara sin permiso. Se apartó, volvió y ahora vive fuera de España, con un canal de YouTube que recomiendo seguir.
Álvaro me contó algo que no me sorprende, pero que muchos no se atreven a decir: España no solo tiene como enemigo natural a Marruecos. También a Alemania. Sí, Alemania. Ni Rusia ni Donald Trump con sus aranceles… Alemania. Y todo encaja con la Agenda 2030, diseñada bajo Angela Merkel.
La trampa verde
Primero se crea la necesidad “ecológica” y luego las empresas alemanas —Siemens, Volkswagen, Bayer— dominan el sector renovable en Europa. España obedece y presume de salvar el planeta, mientras Alemania sigue quemando carbón: reabrió 23 plantas en 2022. Nosotros cerramos todas nuestras minas en 2019.
Mientras Pedro Sánchez anuncia que en 2035 cerrará siete reactores nucleares, Alemania y Francia alargan la vida de los suyos… para que luego les compremos la energía. Y lo hacemos. Lo llevamos haciendo años.
En agricultura, el golpe es igual de evidente: España abandona 500.000 hectáreas de cultivo por orden de la UE; Marruecos cultiva en su lugar y Alemania se convierte en el cuarto inversor agrícola allí.
Industria y energía, a precio de tonto
Volkswagen, Renault o BMW ya no producen aquí, sino en Tánger, con mano de obra barata. Marruecos exportó 358.000 coches a la UE en 2022. Alemania financia 2.300 millones en fotovoltaicas marroquíes, mientras aquí desmantelamos térmicas y nucleares.
Controlan el reciclaje de vidrio y plástico en toda Europa e invierten 10.000 millones en autopistas… alemanas. En España, se limita el tráfico privado y se nos dice que vayamos en tren.
Esto no empezó con Sánchez. También lo permitieron Rajoy y Zapatero. Hemos sido el alumno más tonto de la clase: la industria del automóvil en mínimos, la agricultura destrozada por la competencia desleal, hectáreas de olivo cubiertas por paneles solares.
Tenemos dos enemigos claros: Marruecos y Alemania. Y al paso que vamos, quizá uno más: Estados Unidos, gracias a Zapatero y Sánchez.