Venezuela: crimen organizado, injerencia cubana y esperanza en el exterior

Se agolpan las informaciones sobre Venezuela. Muchos creen que estamos ante el principio del fin del régimen chavista. Yo también lo pienso, aunque con prudencia: otras veces lo hemos anunciado y no se cumplió.

Hoy la realidad es clara: nunca antes Estados Unidos había desplegado tropas frente a Maduro, ni lo había considerado organización criminal y narcotraficante, ni había puesto por su cabeza una recompensa mayor que la de Bin Laden. Algo se mueve.

Pero la gran pregunta es: ¿qué piensa el pueblo venezolano?

En mi programa hablamos con Azabache, venezolana valiente, que lo dijo con el corazón en la mano:

• Venezuela no es solo una dictadura, es el epicentro del crimen organizado global.
• Allí operan narcotráfico, terrorismo islámico, guerrillas y mafias internacionales.
• Cuba gobierna en la sombra: la estrategia, la represión y el aparato comunicacional vienen de La Habana.

Azabache lo resumió bien: sacar a Maduro no basta. Él es solo la cara visible de una organización criminal. El peligro es que lo sustituyan por un títere y la tiranía continúe dentro.

La población, mientras tanto, vive sometida a un modo supervivencia: colas interminables para gasolina, apagones constantes, hambre y miedo. El régimen llega incluso a armar a ancianos como milicianos para usarlos contra su propio pueblo.

La esperanza de Azabache —y de millones— está en que la comunidad internacional, con Estados Unidos al frente, actúe de una vez. No en los políticos opositores venezolanos, demasiadas veces complacientes, sino en la presión exterior.

El dilema es claro:

• Si no se actúa, Venezuela será otra Cuba: comunismo eterno.
• Si se actúa, habrá un precio alto, quizá sangre.

Pero, como ella misma dijo, el baño de sangre ya dura 26 años. Es el precio de no ser libres.

Yo comparto esa reflexión. O se arranca de raíz este cáncer llamado chavismo, con toda su red criminal y su injerencia cubana, o no habrá libertad posible.