Recalificaciones en Valencia: expropiación encubierta tras la Dana

Amigos, lo que estamos viendo en Valencia es un escándalo mayúsculo. El Gobierno, además de haber tramitado solo una de cada tres ayudas por la Dana, ha aprovechado para hacer lo que mejor sabe: quedarse con lo ajeno.

Propietarios de parcelas arrasadas por el barro, con viñedos y olivos destruidos, han recibido documentación oficial en la que se les informa de que sus terrenos pasan a ser considerados “dominio público hidráulico”. Es decir, zonas que supuestamente forman parte del cauce del río o están protegidas como zona inundable.

Lo grave no es solo la recalificación, sino que se hace sin indemnizar a los dueños, que se quedan sin tierra, sin cultivo y sin compensación alguna.

Es muy bonito recalificar, sí, pero ¿quién paga el propietario? La respuesta es clara: nadie. La factura la asumen las familias afectadas, mientras el Estado amplía su control sobre el territorio.

Esto es exactamente lo que hacen las dictaduras que conocemos bien: expropiese como Maduro. Y lo hace un Gobierno que se llena la boca hablando de solidaridad y de ayudas europeas, mientras da la espalda a los agricultores valencianos que lo han perdido todo.

Las víctimas de la Dana son doblemente castigadas: primero por la catástrofe natural y después por la catástrofe institucional.