Sánchez coloniza la masonería en España

Hace poco ocurrió algo que pasó desapercibido para la mayoría: el gran maestre de la logia masónica en España, Óscar de Alfonso, fue destituido. Doce años al frente de la organización no le sirvieron de nada después de atreverse a decir la verdad.

Cuando la Guardia Civil detuvo al diputado canario Tito Berni, aquel socialista rodeado de prostitutas, cocaína y sobres de dinero, De Alfonso publicó en sus redes:
“Los hermanos masones socialistas de las Islas Canarias tienen algo que decir sobre el caso de corrupción de uno de sus compañeros de partido. Cocaína, dinero en bolsas, tráfico de influencias… hipócritas.”

Por escribir eso, se lo cargaron. Lo acusaron de traidor por no hacerlo “en privado”. Y ahí apareció el estilo Sánchez: colocar a uno de los suyos. En lugar de De Alfonso, nombraron a Chema Oleaga, senador del PSOE y presidente de la Comisión de Justicia del Senado. Un sanchista disciplinado. Un peón fiel.

Y el primer favor al nuevo gran maestre llegó enseguida: tres millones y medio de euros de dinero público para restaurar el Templo Masónico de Santa Cruz de Tenerife, el mayor de España.
La masonería no quería pagar la obra, pese a disponer de recursos. El Gobierno lo hizo por ellos, con apoyo de Coalición Canaria y presencia en la inauguración de Fernando Clavijo y Ángel Víctor Torres. Todos con el mismo uniforme azul y corbata púrpura, color del poder y de la dignidad según los códigos masónicos.

No hace falta que les cuente más: Sánchez lo coloniza todo. Justicia, prensa, instituciones… y ahora hasta la masonería.
Coloca piezas obedientes y, a cambio, las blinda con dinero público.

Y atención a un detalle que pocos conocen: José Luis Rodríguez Zapatero sería masón de grado 33, con influencia en América y amparo de la Gran Logia de Florida, donde manda en la sombra George Soros. Por eso nunca cae, por eso sigue protegido.

Cuando pase por el templo de Tenerife, mírelo bien. Una parte la ha pagado usted.
Y si algún día ve a Sánchez hablar de austeridad, recuerde que su gobierno restauró el santuario del poder masónico mientras el país se hunde.