El Ayuntamiento de Algemesí tira toneladas de productos de aseo donados para la Dana

Lo que van a leer es, sencillamente, vergonzoso. Me llega un vídeo desde Algemesí, grabado por una vecina, Ana Isabel, que decidió documentar algo que ningún medio subvencionado ha querido mostrar: toneladas de donaciones ciudadanas tiradas en un solar, sin techo, sin control y completamente expuestas a la intemperie. Productos de higiene, pañales infantiles y de adultos, mascarillas, detergentes… todo aquello que los españoles donaron con el corazón para ayudar a las víctimas de la Dana.

Todo amontonado. Todo abandonado. Todo malgastado.

Lo que vemos en ese vídeo no es solo un error: es un insulto colectivo, una falta de respeto a quienes dieron lo que podían —y lo que no podían— para ayudar a un pueblo arrasado. Porque cuando ocurrió la Dana, este país se volcó como pocas veces: sin colores, sin ideologías, sin siglas. Fue solidaridad pura. Y ese espíritu merece ser honrado, no pisoteado.

Ana Isabel me lo cuenta con una claridad que desmonta cualquier excusa:
las donaciones eran de todas, de todo el país, y la ciudadanía “se dejó mover por lo más básico: nuestros corazones”. La indignación llega cuando el alcalde de Algemesí afirma que la culpa es de la gente por donar “sin escuchar”. Es decir: primero piden ayuda, la gente responde, y un año después les culpan del desastre. Inaceptable.

Las imágenes muestran un solar abierto, sin vigilancia permanente, donde cualquiera puede entrar. Un lugar impropio incluso para almacenar piedras, y allí dejaron material que miles de familias necesitaban. Ni un simple toldo para proteger nada.
“Están tan acostumbrados a que no haya responsabilidades que ya ni tapan su vergüenza”, me dice Ana Isabel. Y tiene razón.

Lo más grave de todo es lo que esto provoca: que la gente deje de confiar en donar a instituciones públicas. Y no porque la ciudadanía haya hecho algo mal, sino porque hay ayuntamientos incapaces de gestionar ni lo más básico. El propio alcalde gobierna en coalición entre PP y Vox, pero como dice Ana Isabel, aquí los colores dan igual: lo que está mal, está mal, sea quien sea el que firma.

Ana Isabel pertenece a una asociación que lleva ayudando desde 2015, sin subvenciones y sin sueldos, movida solo por voluntad y dignidad. Han estado en la Dana de Valencia, en incendios en León, en emergencias por toda España. Personas que, sin recursos públicos, saben hacer lo que un ayuntamiento no supo ni quiso hacer con toneladas de material gratuito.

Mientras tanto, seguimos viendo cómo responsables políticos eluden responsabilidades, culpan a la ciudadanía y hablan como si el pueblo fuese idiota.
Pero no lo somos. Esto ha quedado al descubierto porque una vecina decidió grabarlo con su móvil. Y porque aún quedan espacios donde se puede contar la verdad.

Desde aquí, exijo —como mínimo— las disculpas públicas del alcalde José Javier Sanchiz y una explicación clara de cómo un material destinado a familias que lo perdieron todo acabó en un vertedero improvisado. Y añado: si esto es lo que hacen cuando el país se vuelca, ¿qué harán cuando nadie mira?

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