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EDITORIAL: Habla la GUARDIA Civil: «España es un barco a la deriva en un mar de minas

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¿Saben qué estamos viviendo? Una manipulación de manual. Ya lo he dicho otras veces: cuando varios medios afines al gobierno hacen especiales sobre un tema, es porque están intentando desviar la atención de otro. Nos tienen entretenidos con Torre Pacheco, con inmigración, con piedras en la calle… mientras se aprueba la ley Bolaños, mientras se ataca a la UCO, mientras se intenta cercenar la cabeza de la Guardia Civil. Mientras tanto, los responsables se van tranquilos a Wimbledon.

Nos hablan de racismo. Nos acusan de racismo. ¿Racismo en España? Por favor. España es el segundo país que más inmigrantes acoge en Europa después de Alemania. Cinco millones cada año, la mayoría trabajando codo con codo con nosotros, ayudando a sostener este país. Rumanos, dominicanos, hispanoamericanos… integrados, imprescindibles.

El problema está en otro lado. Hay un grupo —pequeño, pero con gran impacto— que no viene por voluntad propia. Gobiernos como el de Marruecos los envían. ¿El resultado? Altercados, agresiones, reincidentes. Pregunten a cualquier policía. Y no porque quieran delinquir, sino porque les mandan los que no quieren allí. Se ha demostrado: Marruecos ha vaciado cárceles. Hasta 50.000 presos amnistiados. Entre ellos, incluso condenados por terrorismo.

Un miembro de la Guardia Civil, del Servicio de Inteligencia, me lo decía muy claro: “Estamos desesperados. Nos quieren callados. España es un barco a la deriva en un mar de minas.” Esas palabras no las olvidaré.

Y luego está la amenaza latente: 300.000 inmigrantes sin papeles esperan en la ruta del Sahel. Informes del CNI lo confirman. ¿Qué hará Europa? ¿Qué hará España?

Hace unos meses, llegaron tres narcolanchas a la isla de Alborán. No con hachís. Con inmigrantes marroquíes. 200 personas en total, transportadas en 50 viajes. No fue improvisación. Fue un plan. Financiado, según nuestras fuentes, por el gobierno de Marruecos.

¿Por qué? Porque cuanto más inestable esté España, más fácil lo tienen para aspirar a Ceuta, Melilla… y quién sabe si a Canarias. Esto se activa con Pegasus, sí, pero el chantaje real no es Pegasus. Es el 11M.

A cualquier miembro del gobierno español, le basta que desde Marruecos digan “11M” para que tiemblen. Ellos saben lo que pasó, quién puso las bombas, quién destruyó pruebas. Y con eso, chantajean.

Mientras tanto, Marruecos se prepara para los mundiales, mientras lanza pateras y camiones llenos de presos hasta las playas. Algunos se quedan. Otros se van a Alemania. Y cuando los atrapamos y los llevamos a la frontera… Marruecos no los quiere de vuelta. Los devuelven. Y nos los comemos nosotros.

Este no es un país de racistas. Es un país manipulado. Manipulado por intereses oscuros y chantajes históricos. No caigamos en su trampa.

Eviten la confrontación. Eso es lo que ellos quieren. Que haya guerra en la calle. Para justificar lo que venga después. Más control. Más represión. Más excusas. No les demos esa satisfacción.

Donde más les duele es donde debemos seguir: investigando la corrupción, la de Pedro Sánchez y su entorno. No dejemos de mirar donde realmente importa.

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