El presidente no se va… y la oposición tampoco se entera

Tras escuchar el perdón impostado de Pedro Sánchez, conectamos con dos voces esenciales en todo este proceso: Luis María Pardo, uno de los abogados que han hecho posible que esta causa llegue al Supremo, y Carlos Marcos, analista afilado y sin medias tintas.

Carlos no tardó en disparar:

“Lo que hizo ayer el presidente fue reírse de 47 millones de españoles. Sin pudor alguno.”

Y fue más allá, con una analogía dura, pero que retrata con precisión el clima de impunidad:

“Si yo violo a una niña, ¿verdad?, no llega con que pida perdón, ¿no? ¿Qué consecuencias tiene esto? Ninguna. Lo que sabemos es que sus dos secretarios de organización han actuado a la sombra de la corrupción. Han recaudado dinero. No sabemos si todo para ellos o una parte para el partido.”

Y claro, Sánchez sale y anuncia… una auditoría externa. Carlos fue tajante:

“El dinero negro no se audita. Ya puede llamar usted a la auditoría que quiera.”

Porque aquí nadie asume responsabilidades políticas. Al contrario: Sánchez se enroca y anuncia que aguantará hasta 2027. ¿Por qué? Carlos lo resumió así:

“Tiene socios delincuentes, golpistas, exterroristas, separatistas y comunistas que no tienen futuro alguno sin Sánchez. Son náufragos agarrados a una tabla de salvación. Y esa tabla es él.”

Yo lo dije hace tiempo: la democracia española está secuestrada. En nombre de una aritmética parlamentaria que no representa a la ciudadanía. Un golpe de Estado encubierto, sin pistolas, pero con sobres y contratos.

Luis María Pardo recordó que fueron ellos quienes solicitaron llevar la causa al Supremo cuando nadie lo veía posible. Y ahora, con el Supremo investigando, el cerco se ha estrechado. Ya no hay barreras. Solo una: la presidencia del Gobierno.

“Tienes a dos secretarios de organización del PSOE imputados: José Luis Ávalos Meco y Santos Cerdán. Tienes a Coldo, a Víctor Aldama, a Isabel Pardo de Vera, a las instituciones del Estado manchadas… Y el siguiente en esa lista ya no va para abajo: va para arriba. Solo queda el número uno.”

Sí, el número uno. Pedro Sánchez. El mismo que ayer hablaba de pérdida y perdón, pero que no se moverá salvo que la Unidad Central Operativa entre en La Moncloa con una orden judicial.

Y mientras tanto, el CIS —cómo no— publicaba el mismo día una encuesta donde el PSOE subía siete puntos. Una burla más.

Carlos lo definió con claridad:

“Esto es peor que lo que hizo Tejero. Porque aquí están utilizando la democracia como escudo, la aritmética parlamentaria como excusa, y todo al margen del pueblo.”

Y no es solo lo que ya sabemos. Es lo que aún falta por investigar. Porque ni Coldo ni Cerdán tenían capacidad para adjudicar obras. Hay que subir el escalón. ¿Quién les dio las obras? ¿En qué comunidades? ¿Por qué la presidenta de Navarra adjudicó una obra pública a una empresa con nueve empleados que nunca había hecho obra pública?

Aquí no acaba el recorrido. Aquí empieza.

Y ahora que Santos Cerdán ha dimitido y ya no es aforado, lanzo un mensaje directo al magistrado:
Registre su casa. Trátelo como a un presunto delincuente más. Como hicieron con Coldo. Como hicieron con Ávalos.

Porque si no lo hacen, estarán dando tiempo. Y aquí, lo que hay que hacer es justicia.