“Hay razones para sospechar que Ábalos abusaba de sustancias estupefacientes”
En mi programa escuché algo que muchos sospechaban, pero nadie había afirmado con tanta claridad. El abogado Javier Pérez-Roldán, secretario de Hazte Oír y parte activa en varias causas judiciales relacionadas con la corrupción socialista, soltó esta bomba:
“Hay razones para sospechar que Ábalos abusaba de sustancias estupefacientes.”
No se trata de rumores de bar. Lo afirma alguien que está personado en los procedimientos, que ha visto declaraciones, mensajes y grabaciones. Y lo hace con una contundencia poco habitual:
“Yo tengo la certeza moral.”
No dice que tenga pruebas penales porque el consumo no es delito. Pero sí deja claro que existen indicios:
habla de conversaciones sobre “pastillitas azules”, menciona situaciones en paradores donde habría habido consumo, y señala un patrón de comportamiento.
Y añade algo aún más grave: esa debilidad habría sido utilizada dentro del PSOE.
Según Pérez-Roldán, tanto las mujeres que Ábalos colocó en Renfe como su círculo de favores no eran simples caprichos. Eran parte de un mecanismo de control:
“La mafia funciona así: te permite cometer abusos, te agarra por ahí y ya te tiene atrapado. Tú ya no puedes hablar.”
Ábalos sería el perfil perfecto para manipular:
- Adicción al sexo de pago,
- dinero fácil,
- y presuntas sustancias.
A cambio, obediencia absoluta.
Y ahí aparece el punto clave: ¿qué le pidió Sánchez a cambio?
Porque Ábalos ha dejado de ser ministro, pero no ha dejado de obedecer. Sigue votando lo que le ordena el Gobierno. Sigue protegido. Sigue cobrando.
¿Por qué?
Porque sabe demasiado.
Pérez-Roldán lo resume así:
“Ábalos tiene secretos del partido y de Sánchez. No le pueden soltar.”
Esta frase debería sacudir a cualquier ciudadano:
Existe una mafia político-institucional que usa debilidades personales para controlar cargos públicos.
Mientras tanto, a ti y a mí nos suben impuestos, nos exprimen a multas y nos llaman “extrema derecha” si pedimos transparencia.
Aquí no hablamos solo de corrupción económica.
Estamos hablando de un mecanismo de chantaje político desde dentro del Gobierno.
Un sistema donde el poder se sostiene no por méritos, sino por pecados confesables.
Y cada vez queda más claro que el problema no era Ábalos.
Ábalos era solo un síntoma.
El cáncer está más arriba.
💬 Tu opinión cuenta: participa en los comentarios¿CREES QUE ESTE GOBIERNO DEBE RESPONDER ANTE LOS CIUDADANOS?
SÚMATE A LA MOCIÓN DE CENSURA
IMPORTANTE: Debes confirmar el correo que te enviará Change.org después de firmar. Si no lo haces, tu firma no cuenta.

