La fontanera del PSOE y el sistema de presión, chantaje y corrupción
En España siguen cayendo piezas. Detenciones, dimisiones, ingresos en prisión. Y en el centro del foco aparece una figura clave: la llamada fontanera del PSOE, utilizada presuntamente para amenazar, presionar, sobornar y chantajear a todo aquel que molestara al poder.
Pensar que esto se limita a una persona concreta es ingenuo. Aquí hablamos de un sistema. De una forma de operar que va mucho más arriba. Cuando hay votos por correo históricos, la envían a Correos. Cuando hay problemas, la envían a apagar fuegos. No por brillante, sino por útil.
Las organizaciones corruptas funcionan así. Utilizan perfiles ambiciosos, dispuestos a todo, que creen que están ascendiendo, cuando en realidad están siendo utilizados. El patrón es viejo, conocido y peligroso. Y cuando estallan los escándalos, los sacrifican.
Mientras tanto, vemos acosos sexuales, abusos de poder y conductas indignas dentro del propio PSOE. Denuncias que desaparecen misteriosamente. Protocolos que no sirven para nada. Ministerios, fundaciones y observatorios financiados con dinero público que no denuncian absolutamente nada. Y cuando finalmente se publica en prensa, entonces sí, dimisión. No por justicia, sino por escándalo.
El problema no es solo moral. Es económico. La corrupción mata porque nos roba a los ciudadanos. Cada contrato amañado, cada concesión a dedo, cada red de favores sale de nuestros impuestos. Y eso no se puede normalizar.
España empieza a parecerse peligrosamente a lo que ya hemos visto en otros países: estructuras paralelas, poder opaco, control institucional y miedo. Aquí no sobra información. Sobra impunidad.
Y por eso lo diré claro: los ciudadanos no tenemos que suplicar. Tenemos que exigir. Porque los jefes somos nosotros. Y porque cuando el poder se desboca, el silencio también es complicidad.
💬 Tu opinión cuenta: participa en los comentarios
