La hija de Sánchez estudia en Suiza: lujo, Falcon y privilegios pagados por todos

Nuestra amiga María, oyente del programa, tiene toda la razón. Ainhoa Sánchez Gómez, la hija de Pedro Sánchez, está estudiando psicología en una de las escuelas privadas más caras del mundo, en Suiza. Aquí lo contamos en su momento, y no lo desmintió nadie.

El eurodiputado Alvise Pérez publicó varios datos sobre este asunto y, en lugar de aclararlo, el Gobierno se querelló contra él. Resultado: Ainhoa, que ya es mayor de edad, tuvo que declarar en un juicio… pero no lo hizo como cualquier ciudadano. Lo hizo desde el consulado español en Suiza, con una declaración de apenas 10 minutos, y asistida nada menos que por el cónsul general y el personal del consulado. Un privilegio que usted o yo jamás tendríamos.

Y lo más grave: cuando el juez le preguntó cuánto costaban sus estudios en Suiza, respondió que lo desconocía. Y cuando le preguntó si había usado el Falcon para viajar entre España y Suiza —tal como había afirmado Alvise—, contestó: “No quiero responder”.

Ya saben lo que dicen: el que calla, otorga. No me cabe duda de que se pudo usar el Falcon para llevar a la niña al colegio suizo.

¿Cómo es posible que, con el sueldo de presidente, Sánchez pueda llevar a sus hijas a centros de élite internacional, sobre todo en Suiza? ¿Quién lo paga? Que alguien se lo pregunte, por favor. Aunque claro… en el Congreso no será, porque ahí han expulsado a los periodistas que podrían hacerlo.

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Dónde estudian las hijas de Pedro Sánchez: Ainhoa y Carlota

Las hijas del presidente del Gobierno, Ainhoa y Carlota Sánchez Gómez, representan dos realidades educativas muy distintas dentro de una misma familia. La mayor, Ainhoa, estudia Psicología en un prestigioso centro privado de Suiza, con un coste estimado de unos 40.000 euros anuales. Su decisión de trasladarse desde La Moncloa a un entorno académico internacional ha generado polémica mediática y debate político, especialmente por el uso de recursos públicos en desplazamientos y por su reciente comparecencia por videoconferencia desde el consulado español en un proceso judicial relacionado con el eurodiputado Alvise Pérez.

La elección de Ainhoa ha sido interpretada por muchos como un símbolo de privilegio y desconexión con la realidad educativa española, donde la mayoría de los jóvenes afrontan dificultades económicas para estudiar dentro o fuera del país. Críticos como el propio Alvise Pérez han denunciado lo que consideran un ejemplo claro de trato de favor y aprovechamiento del poder político.

En contraste, su hermana menor, Carlota Sánchez, ha cursado toda su educación en centros públicos madrileños, completando el Bachillerato en un instituto bilingüe de Valdezarza, en el distrito de Moncloa-Aravaca. Este centro se caracteriza por su diversidad cultural, su enfoque pedagógico inclusivo y su programa de enseñanza en dos idiomas. A la ceremonia de graduación acudieron tanto Pedro Sánchez como Begoña Gómez, mostrando una imagen familiar más cercana y discreta.

El contraste entre ambas trayectorias —una internacional y privada, la otra pública y nacional— ha reavivado el debate sobre la igualdad de oportunidades, la coherencia política del presidente y el papel del Estado en la educación de las élites. Mientras algunos defienden el derecho de los padres a elegir la mejor formación para sus hijos, otros consideran que estas diferencias exponen la brecha entre el discurso oficial y la práctica real dentro del propio entorno del presidente.

En última instancia, el caso de Ainhoa y Carlota no solo es una cuestión familiar, sino un espejo de la dualidad del sistema educativo español, donde el acceso a recursos sigue marcando profundas diferencias entre quienes gobiernan y quienes son gobernados.