Maduro financió el autogolpe en Guinea-Bisáu

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Hoy vuelvo a demostrar por qué nunca deben fiarse de la versión oficial. Lo ocurrido en Guinea-Bisáu no fue un golpe militar contra un presidente democrático. Fue un autogolpe financiado por Nicolás Maduro para proteger el tesoro que ha robado a los venezolanos durante dos décadas.

Hace tiempo mostramos aquí las cajas cargadas de dinero y oro que llegaban desde Caracas al aeropuerto de Guinea-Bisáu. Llegaban en vuelos privados; los emisarios seguían destino a Turquía, pero las cajas se quedaban allí. Y ahora sabemos por qué.

El presidente Umaro Sissoco Embaló, al enterarse de que iba a perder las elecciones frente a su opositor Fernando Díaz da Costa, activó su plan de supervivencia. Contactó con Maduro y le advirtió que, si el opositor ganaba, el dinero venezolano almacenado en el país quedaba en peligro. Fue entonces cuando Maduro —que, créanme, ya hace tiempo que actúa sin medir consecuencias porque sabe que le queda poco— envió entre 6 y 7 millones de dólares. El objetivo era claro: comprar al ejército.

Medio millón para cada general. Medio millón para cada alto mando. Y al día siguiente de las elecciones, antes incluso de que se anunciaran los resultados oficiales, el ejército se levantó, no para derrocar a un presidente, sino para garantizar que el perdedor siguiera en el poder.

El golpe no derrocó al presidente: el presidente pagó para que hubiera un golpe.

La operación fue ejecutada —según fuentes directas— con la mediación de un viejo conocido de los confidenciales: Taoti Abdelani, el custodio de las carteras de criptomonedas de Maduro. Él habría gestionado el traslado del dinero.

Después del autogolpe, Sissoco huyó primero a Senegal, donde no le quisieron con sus maletas llenas de billetes, y acabó refugiándose en la República del Congo, desde donde prometió a Maduro que su tesoro seguía a salvo. Los militares siguen respondiendo a él, el opositor está escondido, y la población vive bajo control.

Estados Unidos tiene hoy en Guinea equipos de la CIA y la DEA investigando las propiedades, cuentas y oro de Maduro, igual que lo hacen en República Dominicana con el blanqueo de capitales en esa región.

Cuando escuchen que un dictador africano ha caído por un levantamiento militar, recuerden esto: nada es lo que parece. Y menos aún cuando detrás está el dinero del narcoestado venezolano.

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