Pedro Sánchez se va de gira… mientras aprueban leyes impopulares

Pedro Sánchez está de gira. Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay… países de su club ideológico. Tres días de visita, lo justo para no estar aquí cuando en el Congreso se aprueban medidas impopulares. Porque eso lo delega. Lo suyo es hacerse fotos.
Y ¿a quién va a ver? A lo mejor de cada casa: un expresidente condenado por corrupción, un exmiembro de grupo terrorista, y algunos líderes que están más cerca del chavismo que de la democracia. Es como una convención de populistas con trajes caros y causas justas mal entendidas.
Me pregunto si Sánchez va a exportar también nuestro modelo: el de blindarse en el poder, perseguir al discrepante y vivir del relato mientras la realidad se derrumba. Porque eso sí lo sabe hacer.
Y claro, la gira también sirve para otra cosa: dar imagen de liderazgo internacional cuando aquí la cosa huele. Cuando la UCO investiga a su gente. Cuando su propio número dos está entre barrotes. Cuando hasta sus votantes se desenganchan.
A todo esto, ¿quién paga el viaje?