EDITORIAL «La DEA pide información al CNI sobre Zapatero»

He insistido muchas veces en que agosto no es un mes de descanso para quienes gobiernan. Es, de hecho, el mes en el que más decretos se firman a escondidas y más barbaridades se publican en el BOE. Por eso les agradezco que, incluso en vacaciones, sigan atentos a este espacio. Hoy les traigo una exclusiva que tarde o temprano ocupará su lugar en la historia.

Cuando les adelantamos que Estados Unidos, con Donald Trump al frente, tenía a Nicolás Maduro en su punto de mira, no lo decía como presidente de Venezuela, sino como jefe de un cártel de la droga. Lo que quizá muchos no esperaban es que los que trabajan con Maduro deberían estar tan preocupados como él.

En las últimas horas hemos sabido de vuelos sospechosos desde Caracas hacia destinos como La Habana, Managua e incluso Moscú, trasladando cargamentos de oro, documentos sensibles y, según fuentes, familiares de colaboradores del régimen. Entre esos colaboradores hay uno que está en España, en Lanzarote, reuniéndose nada menos que con José Luis Rodríguez Zapatero, quien como siempre adquirió su chalet en Canarias a mitad de precio. Zapatero se muestra nervioso, y tiene motivos.

El propio Maduro dejó claro hace unas semanas para quién trabaja Zapatero. En un vídeo público, le agradeció personalmente su papel en un canje de presos y le pidió volver a Venezuela para ayudar a “los procesos de diálogo”. Aquello fue una traición inesperada para Zapatero, que no supo cómo reaccionar.

Pero lo más grave es lo que está ocurriendo ahora. Según información contrastada, la DEA —la agencia antidroga estadounidense— elaboró hace años un minucioso informe sobre el expresidente español. No se trata solo de sus contactos con Venezuela, China o Colombia, ni de su papel en el Grupo de Puebla o en las fraudulentas elecciones de Maduro. El foco de la DEA está en algo mucho más delicado: determinar si Zapatero es colaborador en actividades vinculadas al narcotráfico a cambio de beneficios económicos.

¿Cómo cobra Zapatero por mediar para Maduro? ¿Con dinero en efectivo procedente de la droga? ¿Con propiedades? ¿Con acciones en la petrolera venezolana? Si fuese así, estaríamos ante un caso claro de blanqueo de capitales, delito castigado con prisión en Estados Unidos. La DEA incluso ha pedido colaboración al Centro Nacional de Inteligencia español para obtener datos de su etapa en La Moncloa y su influencia actual sobre Pedro Sánchez.

La respuesta del CNI ha sido la esperada: silencio. Porque, como les hemos contado tantas veces, el CNI está dirigido políticamente por el PSOE. En consecuencia, la DEA ya no confía en los servicios de inteligencia españoles y obtiene información a través de otras fuentes: el exjefe de la inteligencia chavista Hugo Carvajal, encarcelado en Nueva York, y documentos proporcionados incluso por el hijo del Chapo Guzmán, que demuestran la conexión entre el cártel de Sinaloa y el cártel de los Soles.

Cuando caiga Maduro y Sánchez deje La Moncloa, se conocerá mucho más del papel de Rodríguez Zapatero en esta trama. Y Estados Unidos no descarta que la fiscalía norteamericana o incluso una corte internacional actúen contra él.

Atentos, porque esto apenas empieza.

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