Correos y chantajes: la cloaca que protege a Sánchez

Lo que debería ser una empresa pública al servicio de los ciudadanos se ha convertido en una herramienta opaca de presión política. Correos, la institución encargada de llevar cartas, notificaciones y confianza a los hogares, hoy reparte miedo. No con sobres, sino con instrucciones internas, filtraciones selectivas y favores a medida.

En el programa de hoy hemos revelado un hecho tan insólito como escandaloso: la red de chantajes que parte desde dentro de Correos, dirigida por la misma Leire Díez que presume de tener “línea directa con el presidente”. ¿El objetivo? Blindar a Pedro Sánchez de cualquier crítica, eliminar voces incómodas y lanzar campañas de difamación contra quienes cuestionan su gestión.

Correos no solo está siendo utilizado para manipular procesos electorales —como ya vimos en elecciones pasadas con votos que nunca llegaron—. Ahora es también un canal de propaganda encubierta y un arma para amedrentar a periodistas. Y lo hacen desde los despachos de confianza, con total descaro, como si esa empresa no la pagásemos todos.

Se filtran informaciones falsas, se reparten contenidos manipulados y se presiona a periodistas a través de terceros. Se hace desde servidores públicos, en horario laboral, y con una sensación de absoluta impunidad. Porque mientras la Fiscalía mira a otro lado, los tentáculos del poder se expanden a través de organismos que deberían ser neutrales.

Y si alguien se atreve a denunciarlo, ya sabe lo que le espera: la etiqueta de conspiranoico, el linchamiento digital y las amenazas desde teléfonos imposibles de rastrear.

Este no es un caso aislado. Es una forma de gobierno basada en el control narrativo total. Y para ello se utiliza todo: desde Correos hasta RTVE, pasando por los medios subvencionados y los influencers comprados.

España no tiene ahora mismo un problema solo con sus políticos. Tiene un problema con sus instituciones. Porque cuando la propaganda se convierte en política de Estado, la democracia deja de serlo.