Plus Ultra y el oro venezolano: 53 millones que huelen a blanqueo
El caso Plus Ultra es uno de los mayores escándalos que ha vivido este país y aún hay quien intenta minimizarlo. 53 millones de euros de dinero público destinados a rescatar una aerolínea técnicamente quebrada, sin peso real en España, sin flota propia y sin relevancia estratégica. ¿Por qué se hizo? Esa es la pregunta que nadie quiere responder.
Hoy sabemos que Anticorrupción investiga indicios de blanqueo de oro venezolano. Que parte de ese dinero habría acabado en cuentas en el extranjero. Que detrás aparecen conexiones con el régimen de Maduro, redes internacionales y estructuras diseñadas para mover capital ilícito. Y que, aun así, la causa fue archivada en su momento con argumentos difíciles de sostener.
Ahora el caso se reabre. Y no por casualidad. Los lingotes de oro aparecen como la clave. Autoridades extranjeras han detectado movimientos sospechosos vinculados a la venta de oro del Banco de Venezuela y a estructuras opacas que operaban en Europa. Todo mientras aquí se miraba hacia otro lado.
Lo más insultante es que Plus Ultra repartió dividendos poco antes de recibir la ayuda pública. Seis millones repartidos y luego la mano estirada al Estado. Esto no es mala gestión. Esto es una trama. Y como toda trama, necesita responsables políticos, administrativos y empresariales.
El nombre de Sánchez vuelve a aparecer, directa o indirectamente, porque nada de esto pudo hacerse sin conocimiento en las más altas instancias. Nadie regala 53 millones por error. Y cuando el dinero público acaba en paraísos fiscales, ya no hablamos de sospechas, hablamos de vergüenza nacional.
España está ante un colapso institucional donde la corrupción ya no se tapa: apesta. Y cuando apesta, lo único decente es investigar hasta el final y sentar a quien haga falta en el banquillo. Caiga quien caiga.
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