Sánchez está muy enfadado con la condena al Fiscal General y le va a indultar

Lo que he sabido estas horas es de una gravedad inaudita. En Moncloa se escuchaban los gritos. Pedro Sánchez, fuera de sí, exigía explicaciones a los suyos por la condena fulminante al fiscal general del Estado. No lo esperaba. Él confiaba en que la sentencia tardaría meses, quizás que fuese absolutoria. Pero el fallo ha llegado de inmediato y ha sido condenatorio. Y ahí se ha desatado la furia.

Me cuentan que arremetió especialmente contra Félix Bolaños: “¿Cómo no lo tenías atado y bien atado?” Fue una explosión de ira, la de un presidente que no comprende por qué un juez no se pliega a su voluntad. De verdad, cuesta explicarle a alguien tan narcisista que en España aún quedan magistrados valientes a los que no intimida.

Pero aquí viene lo más grave: ya han preparado el indulto. Lo tienen redactado. En cuanto puedan leer la letra pequeña de la sentencia —cuestión de días— el Consejo de Ministros lo aprobará. No quieren recurrir porque tardaría un año. Quieren pasar página cuanto antes, tapar el escándalo y colocar al fiscal condenado en algún puesto fuera de España, donde siga viviendo a manos llenas por haber sido fiel al líder.

Y no tengo ninguna duda: esa famosa nota filtrando datos privados del novio de Ayuso se publicó porque Sánchez dio la orden. Siempre es él. El número uno. El que mueve los hilos. El que inspira miedo. Y por eso le obedecen hasta el extremo de arriesgar la carrera… o la libertad.

Que nadie se engañe. Si hoy el fiscal general es un muñeco roto es porque así lo ha querido un presidente que actúa como un dictador autócrata, capaz de indultar a quien delinque… si ha delinquido para servirle.

💬 Tu opinión cuenta: participa en los comentarios