El Instituto de las Mujeres: 30 millones al año para chiringuitos ideológicos

Confidenciales, hoy quiero poner sobre la mesa otra de esas cifras que explican por qué España se hunde en gasto inútil mientras los ciudadanos apenas llegan a fin de mes. Con mi colaborador Pablo Cambronero, exdiputado y policía, hemos analizado el presupuesto de un ente público que cuesta más de 30 millones de euros al año: el Instituto de las Mujeres.

¿En qué se gasta nuestro dinero este organismo? En observatorios que nadie conoce, en bibliotecas feministas, en escuelas virtuales de igualdad que casi nadie utiliza. Y lo peor: repartiendo millones en subvenciones opacas y absurdas.

En 2024 se concedieron 300.000 euros “para promover la igualdad a través de las artes escénicas”. ¿Qué significa eso? Nadie lo sabe. Ese mismo año, otra ayuda de 600.000 euros se destinó a “estudios feministas en posgrados universitarios”. ¿Qué estudios? ¿Qué resultados? Misterio. La única certeza es que el dinero sale de nuestros impuestos.

A esto se suma el alquiler de su sede en Chamartín, por 100.000 euros al mes. Sí, lo han leído bien: 1,2 millones de euros al año tirados en un edificio de diseño, cuando habría sido más barato comprarlo. Todo mientras miles de familias se aprietan el cinturón para pagar el alquiler de un piso corriente.

No olvidemos tampoco los negocios paralelos montados por antiguas directoras, como el caso de Isabel García Sánchez, que inventó los llamados “puntos violeta” cobrando a ayuntamientos un dineral por instalar carpas que casi nadie usaba para denunciar agresiones.

Hoy la directora es Cristina Hernández Martín, socióloga vinculada a Bolaños y colaboradora de El País. Esperemos que no repita los chanchullos de su predecesora, aunque la historia nos enseña que estos entes suelen ser nidos de enchufismo y despilfarro.

En resumen: el Instituto de las Mujeres consume más de 30 millones anuales, parte de los 511 que maneja el Ministerio de Igualdad. Y mientras tanto, los españoles pagan impuestos desorbitados para financiar observatorios, cursos inútiles y fiestas ideológicas.

Esto no es igualdad, esto es un chiringuito de lujo pagado con dinero público.

💬 Tu opinión cuenta: participa en los comentarios